Más de la mitad de los hermosos cachorros que enamoran a niños y grandes en las tiendas de mascotas recibe antibióticos innecesariamente: sólo para mantenerlos sanos y atractivos para los compradores. El resultado es que las bacterias que los habitan se vuelven resistentes, y las personas que los adoptan terminan enfermas.
Un estudio del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) analizó el caso de un brote de Campylobacter jejuni, un bacilo que causa diarrea, que comenzó en 2016 y se extendió hasta febrero de 2018. Las personas infectadas vivían en 18 estados diferentes; de ellas —más de un centenar— 29 eran empleados de una cadena de mascotas con sede en Ohio.
Los investigadores analizaron a 150 perritos de la firma y hallaron que más de la mitad recibía antibióticos por profilaxis, algo común en la industria de la producción animal que aviva la resistencia a los antibióticos. La investigación se extendió a otras cinco cadenas de animales domésticos y productos para ellos, con idénticos resultados.
El estudio del CDC comprobó que las muestras de los bacilos de 10 personas y ocho cachorros eran "resistentes a todos los antibióticos que suelen usarse para tratar las infecciones por Campylobacter". El brote, agregaron los autores "demuestra que los cachorros pueden ser una fuente de infecciones en humanos resistentes a múltiples antibióticos".
En 20 tiendas de cuatro estados los investigadores analizaron los registros de administración de antibióticos de 150 perritos. El 95% había recibido al menos un ciclo de medicación —muchos habían recibido varios— antes de llegar al comercio o en el comercio. Sin embargo, la mitad de los animales no habían estado enfermos: habían recibido los antibióticos para prevenir esa situación.
Es muy probable que el problema supere las seis cadenas estudiadas, advirtió el estudio. Mark Laughlin, veterinario y autor principal del trabajo, dijo que se quedó atónito ante la escala del uso de antibióticos en la industria. "Nos sorprendió ver la gran cantidad de distintos tipos de drogas, y la gran cantidad de ciclos, que recibieron los perros. Son, en su mayoría, animales bastante jóvenes", dijo a StatNews.
Al comienzo el CDC creyó que el brote se podría deber a una fuente única, pero al comenzar a rastrearla encontraron "un mundo bizantino de cría y distribución", lo cual reveló un problema del sistema entero. "Estos perros venían de una gran variedad de fuentes", agregó Laughlin.
Lance Price, titular del Centro de Acción sobre Resistencia de los Antibióticos en la Universidad George Washington, declaró: "Si el sistema requiere una dosis constante o regular de antibióticos para mantener a los animales sanos, el sistema está roto. Se ha diseñado un sistema que crea animales enfermos".
Y Matthew Wellington, ejecutivo de la organización de investigaciones de interés público US PIRG, recordó que los antibióticos sólo se deben usar para tratar enfermedades, "no para compensar malas prácticas, ya sea transportar a los perros por largas distancias y tener mala higiene en el proceso". Los antibióticos, enfatizó, "son medicamentos que salvan vidas y sólo se deben usar para tratar animales o personas enfermos".
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