Científicos revelaron la función de las rayas de "Nemo", el pez payaso

Reflejan la organización social entre sus treinta especies

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El pez payaso destaca por sus rayas
El pez payaso destaca por sus rayas

La variedad de colores y de rayas blancas del pez payaso (la especie del personaje de Disney Nemo),de la subfamilia Amphiprioninae, tiene una función en la organización social entre sus treinta especies, según una investigación francobelga que publica hoy BMC Biology.

Los científicos observaron que las diferentes especies se mezclan en un mismo espacio, e incluso comparten una misma anémona, cuando tienen rasgos muy diferenciados en número de rayas o pigmentación para evitar la confusión entre ellos.

"No se reparten por casualidad. Cuando dos especies comparten la misma anémona, se trata siempre de tipos que tienen un número de rayas diferente, así distinguen fácilmente los que pertenecen a su propia especie de los que no", contó Vincent Laudet, director del Observatorio Oceanográfico de Banyuls-sur-Mer.

Los científicos también se dieron cuenta de que las rayas de esos peces procedentes de los arrecifes de coral indo-pacíficos aparecen cuando se convierten en pez joven, dejando atrás su estado larvario, y desarrollan una a una cada línea desde la cabeza hasta la cola.

Las diferentes especies de pez payaso se mezclan en un mismo espacio
Las diferentes especies de pez payaso se mezclan en un mismo espacio

"Tenemos la hipótesis abierta de que los bebés no tienen las rayas porque quieren enviar el mensaje de que no son peligrosos ni competidores" subrayó Laudet.

Asimismo, los investigadores de diferentes disciplinas científicas han descubierto que todas las especies vienen de un mismo antepasado, que poseía tres rayas, un número que se diversificó de cero a tres a lo largo de la evolución.

A partir de ahora, el estudio va a centrarse en identificar los genes que controlan la aparición de las líneas blancas para entender mejor su evolución y el rol de las diferentes pigmentaciones en su forma de organizarse.

La investigación empezó hace tres años entre el Observatorio Oceanográfico de Banyuls-sur-Mer (Pirineos Orientales franceses), el laboratorio francés CRIOBE y la Universidad belga de Lieja, a partir de siete parejas de peces de diferente tipo que enseguida se reprodujeron.

Con información de EFE

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