Aunque el mercado de la aspirina de 81 miligramos, o pequeña dosis, es enorme dada la gran cantidad de personas que toman una por día para evitar problemas cardiovasculares, su utilidad como herramienta de prevención masiva, para personas que nunca sufrieron un episodio, es discutida. "Quisimos evaluar la eficacia y la seguridad de la aspirina en pacientes con un riesgo de primer problema cardiovascular estimado como moderado", escribieron los autores de una gran investigación realizada en seis países. Los resultados fueron desalentadores.
Según el trabajo publicado en la revista médica The Lancet, tomar una pequeña dosis de aspirina a diario —en el experimento fue de 100 miligramos—es útil para reducir las posibilidades de un segundo ataque cardíaco o un segundo accidente cerebrovacular, pero no para quienes no tienen ese antecedente. El trabajo se discutió en el último encuentro de la Sociedad Europea de Cardiología en Munich.
El estudio descentralizado se realizó en Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Alemania, Polonia y España, sobre 12.546 pacientes de 55 años o más, en el caso de los hombres, y de 60 años o más, en el de las mujeres, a los que se siguió durante 60 meses. Todos tenían un riesgo cardiovascular moderado en promedio, según diferentes factores: tabaquismo, hipertensión o colesterol alto.
"Ha habido mucha incertidumbre entre los médicos, en el mundo, sobre recetar aspirina", dijo una de las autoras del trabajo, Jane Armitage, de la Universidad de Oxford. "Para la gente saludable, probablemente no vale la pena".
Aunque se utiliza desde hace más de 100 años, no se conoce a fondo el valor de la aspirina en muchas situaciones. Además de ese gran estudio, un segundo trabajo, realizado sobre personas con diabetes que no habían desarrollado aún problemas cardiovasculares, halló que el beneficio era modesto en comparación con los riesgos de sangrado.
Ese segundo análisis —también amplio: se hizo sobre 15.480 adultos con diabetes de tipo 1 o tipo 2—, agregó suplementos de aceite de pescado, sin que se observara utilidad alguna.
En el estudio sobre la aspirina solamente, luego de cinco años el 4% de las personas en total, es decir, tanto en el grupo medicado como en el grupo que tomaba un placebo, sufrieron un problema cardíaco. "Otras medicaciones que tomaban para bajar la presión y el colesterol pueden haber reducido su riesgo a punto tal que a la aspirina le quedó poco por hacer", dijo J. Michael Gaziano, del hospital Brigham and Women's, afiliado a la Universidad de Harvard.
En el caso del análisis de la aspirina y el aceite de pescado, los diabéticos que usaron aspirina mostraron algo menos de problemas cardiovasculares debido a coágulos, pero también un aumento de los casos de sangrado serio. Los que tomaron aceite de pescado sufrieron problemas cardíacos en la misma medida que el grupo de control —9% de los participantes—, por lo cual Louise Bowman, de Oxford, dijo: "Nos sentimos muy seguros de que no parece que exista un papel en la prevención de enfermedad cardíaca" para los suplementos de ácidos grasos omega 3.
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