Hace justamente 40 años, el 25 de julio de 1978, Louise Brown se convirtió en la primera persona nacida gracias al método de la fertilización in vitro.
El primer "bebé probeta" de la historia era en realidad una bebé, y no fue concebida en una probeta.
Ocurrió en el hospital Oldham, en Manchester, Gran Bretaña. Nació por cesárea planificada y pesó cinco libras 12 onzas.
Pero no fue en una probeta que el fisiólogo Robert Edwards, el ginecólogo Patrick Steptoe y la enfermera especialista en embriología Jean Marian Purdy fecundaron el óvulo de la madre con un espermatozoide del padre.
Fue en el tipo de recipiente de laboratorio conocido en inglés como Petri Dish, o Placa de Petri, que debe su nombre al bacteriólogo alemán Julius Richard Petri.
Los padres de Louise, Lesley y John Brown, llevaban nueve años tratando en vano de tener hijos, y un diagnóstico de obstrucción de las trompas de Falopio ensombrecía las probabilidades de que ella quedara embarazada.
Se ha discutido mucho si los doctores Edwards y Steptoe hicieron bien en ocultarle a la pareja que el procedimiento experimental no había resultado todavía en ningún nacimiento.
Lo cierto es que lo lograron.
La primera fertilización exitosa de un óvulo fuera del útero de una mujer había ocurrido en 1969. Pero el escepticismo y la hostilidad hacia Edwards y Steptoe fueron grandes; incluso médicos laureados con el Premio Nobel los rechazaron.
Un discípulo de Edwards, el también fisiólogo Martin Johnson, contaría después que no quiso unirse a su maestro porque "era muy inquietante ver el grado de hostilidad" que inspiraba su trabajo.
Básicamente, la técnica consiste en combinar el óvulo de la madre con el esperma del padre en un medio líquido fuera del cuerpo de la mujer.
Una vez fertilizado el óvulo, que entonces ya es un cigoto, permanece entre dos y seis días en el líquido de cultivo. Luego ese embrión se implanta en el útero de la madre, o en el de otra mujer cuando el caso de infertilidad tampoco hace viable el embarazo.
Antes de que naciera Louise, la pareja de Lesley y John Brown llevaba nueve años tratando en vano de tener hijos.
El procedimiento de laboratorio que permitió la concepción de Louise Brown se produjo el 10 de noviembre de 1977 en el Dr. Kershaw's Cottage Hospital, de Royton, en Oldham.
Ya en 2012 se contaban más de cinco millones de personas nacidas gracias a la fertilización in vitro en todo el mundo. La técnica ha permitido tener hijos no solo a mujeres con obstrucción uterina, sino a las que ya han pasado la menopausia y a parejas en las cuales los hombres no son fértiles.
Los récords de las mujeres de mayor edad que han podido tener hijos gracias al procedimiento los ostentan la rumana Adriana Iliescu, que en 2005 dio a luz a los 66 años, y la española María del Carmen Bousada, que tenía la misma edad al lograrlo en 2006.
El Dr. Robert Edwards ganó el Premio Nobel de Medicina en 2010 por haber sido el pionero de la fertilización in vitro, pero ni el Dr. Steptoe ni la enfermera Purdy pudieron ser considerados porque ya habían fallecido y el Nobel no se concede post mortem.
Una hermana de Louise Brown, Natalie, también "bebé probeta", se convirtió en la primera persona concebida con esa técnica que salió embarazada y tuvo hijos, esta vez por vía natural.
Louise tiene un segundo nombre, Joy, que significa alegría.
MÁS SOBRE ESTOS TEMAS: