Un estudio de Microsoft y el Programa de Trastornos Neurocognitivos de la Universidad de Duke analizó los movimientos físicos de los usuarios de internet en millones de búsquedas mediante la herramienta Bing, y encontró relaciones entre algunas conductas —temblores al usar el ratón, búsquedas repetidas y la velocidad promedio del desplazamiento del cursor— y el mal de Parkinson. Otros hallazgos similares se aplicaron al mal de Alzheimer.
"La investigación es parte de una tendencia de gran alcance en el cuidado de la salud: el uso de la inteligencia artificial para diagnosticar y tratar mejor a los pacientes", explicó The Wall Street Journal (WSJ) al revelar el estudio. "El objetivo es obtener información al monitorear sus movimientos y sus comportamientos cotidianos. Esto podría acceder a conocimientos imposibles en la era predigital".
Según los médicos, estos biomarcadores digitales podrían ser especialmente útiles a la hora de identificar trastornos cerebrales como el Parkinson o el mal de Alzheimer. "En sus comienzos, ambas enfermedades pueden ser muy difíciles de diferenciar del conjunto de condiciones benignas, por lo cual la tasa de diagnósticos errados es alta", dijo al periódico Murali Doraiswamy, director del programa de Duke que hizo el estudio.
La ventaja de este enfoque es que no necesita nada especial —basta con un teclado y un ratón— y, además, que se puede prolongar en el tiempo: "Se puede ver cómo alguien cambia con los años, lo cual podría dar gran sensibilidad y exactitud a un diagnóstico", agregó Doraiswamy.
El estudio analizó más de 31 millones de búsquedas de usuarios en Bing, el instrumento de Microsoft, a lo largo de 18 meses. Todas se convirtieron en anónimas para que no se pudieran rastrear hacia las personas que las originaron. Unas 700 de esas búsquedas de usuarios preguntaban por síntomas del mal de Parkinson; el resto se tomó como grupo de control.
"Sujetos a próximos refinamientos sobres su exactitud y su reproductibilidad, estos hallazgos muestran el potencial de los fenotipos de las búsquedas digitales en internet como herramientas adicionales para el chequeo de trastornos neurodegenerativos", concluyeron los autores.
Para ello observaron diferentes elementos, entre ellos la presencia de términos de búsqueda relacionados con síntomas del Parkinson; síntomas motores como los movimientos del cursor, incluidos la velocidad, los cambios de dirección, los temblores y el desplazamiento vertical; la repetición tanto de búsquedas como de clicks.
"Los resultados brindan pruebas de que en las búsquedas se puede detectar la existencia de trastornos neurodegenerativos en la corriente de datos, con el paso del tiempo. Las cuestiones relativas a los temblores (tanto en los términos de búsqueda como en los movimientos del cursor y el ratón), las consultas repetidas y la repetición de clicks en los resultados", explicó el texto, "tuvieron el mayor peso distintivo".
No es la primera vez que se realiza un estudio así, informó el periódico. "Esta clase de investigación basada en datos se ha vuelto más común. Adriana Seelye, una neuropsicóloga del Sistema de Cuidado de la salud de Minneapolis, se ha concentrado en usar sensores en automóviles y en computadoras para ayudar a detectar el mal de Alzheimer de manera temprana".
El estudio fue publicado en 2017 y siguió a 110 adultos mayores sanos durante tres años y medio mediante una encuesta semanal en línea. "Hallaron que 29 personas terminaron con una deficiencia cognitiva media, lo cual los pone en peligro de desarrollar el mal de Alzheimer", según WSJ. "Aquellos con esa deficiencia tardaban más en completar la encuesta".
Seelye también hizo investigaciones similares observando el movimiento de los ratones de los participantes y a partir de la información que le enviaban sensores instalados en los automóviles sobre los viajes que hacían las personas.
Doraiswamy espera ahora hacer un estudio más amplio que requerirá el consentimiento de los pacientes: probar si las métricas digitales que se hallaron en el estudio de Bing se alinean con los historiales de los pacientes ya diagnosticados con Alzheimer o Parkinson.
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