"Los hallazgos sugieren que la especie presente en el área metropolitana de Francia", concluyó el estudio, con una espectacularidad inquietante, "debería ser considerada una especie extraña invasora". Los investigadores del área de biodiversidad del Museo Nacional de Historia Nacional, que observaron unos gusanos gigantes depredadores aparecidos en París, han encontrado que no pertenecen al medioambiente local, son carnívoros y amenazan el equilibrio de la vida en los suelos.
El jardinero Pierre Gros, que también es un naturalista amateur, envió la primera foto al equipo que coordina Jean-Lou Justine de un bipallium —un gusano chato, con cabeza de martillo y el largo de un brazo— que había encontrado mientras hacía su trabajo. Un semana más tarde, envió otra imagen. Cuando recibió la tercera, el biólogo Justine pensó que era una burla: "Este hombre trae gusanos de sus viajes y finge que los encuentra en su jardín", dijo a The Washington Post.
Pero Gros no le había hecho una broma, ni había viajado a los territorios en Asia donde las planarias terrestres —la familia que agrupa a estos gusanos depredadores— suelen vivir. Comenzó entonces una investigación que el académico y el jardinero firmaron juntos en Peer Journal. Concluyeron que hace casi dos décadas ya el bipallium y el diversibipalium se han instalado en las ciudades francesas, extendidos por el creciente comercio global.
Se trata de los gigantes entre las planarias terrestres, que pueden llegar a un metro de extensión. "Nos asombra que estos gusanos largos y de tonalidad brillante hayan eludido la atención de científicos y autoridades durante tanto tiempo en un país europeo desarrollado", escribieron en el trabajo Justine y Gros.
Hace cinco años, el biólogo, experto en los gusanos parasitarios llamados nematodos, había descartado que Francia sufriera una invasión de bipallium. "Fue un error total", dijo al diario de Washington DC.
Tras recibir las fotos de Gros, Justine y sus colegas en el museo hicieron solicitudes públicas, en medios y redes sociales, de imágenes de gusanos grandes con cabeza chata que las personas pudieran ver en sus jardines. "Su bandeja de entrada se llenó de fotos de sanguijuelas, orugas, babosas y otros invertebrados tubulares y pegajosos", describió el artículo. Pero, también, encontraron al gran depredador de las planarias terrestres.
También recibieron información de los territorios del país en el mundo, como la Guyana Francesa, donde identificaron una planaria terrestre de inédito color azul, que se cree una variación nueva de la especie.
"Del mismo modo que el tiburón martillo atraviesa las lagunas costeras, los gusanos martillo cazan en el suelo. Sus cuerpos blandos son industrias químicas: producen pequeñas cantidades de una sustancia llamada tetrodoxotina para inmovilizar a sus presas. Lo que le falta en defensas físicas lo suplen con un cóctel de jugos corporales repugnante", resumió The Washington Post. "Un colega una vez trató de poner un bipallium en su boca, contó Justine. El hombre todavía lo describe como 'una de las peores experiencias de su vida'".
El daño mayor que hacen estos gusanos gigantes es a la fauna de los suelos, y por ende a la agricultura y a los humanos. En Nueva Zelanda, en Irlanda, en Escocia y en la Florida (Estados Unidos) se han registrado reducciones de hasta el 6% en las áreas cultivadas debido a la acción depredadora de estos animales.
Todavía se desconoce de qué modo el bipallium ha alterado la biodiversidad en Francia, pero este primer estudio habilitará otros sobre la ecología de los suelos locales y la suerte de sus pequeñas criaturas benéficas para la agricultura (pero también deliciosas para estos gusanos) esperan los científicos.
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