Michael Rosbash: "Recibir el premio Nobel no cambió mi pasión por seguir aprendiendo"

Lo dijo a Infobae uno de los científicos ganadores del Nobel de Medicina 2017, en su paso esta tarde por Buenos Aires para recibir el título Doctor Honoris Causa que le entregó la Universidad de Buenos Aires. Luego de superar una situación de robo, a plena luz del día, brindó en Ciudad Universitaria una charla magistral ante una sala colmada de estudiantes, ávidos por escucharlo

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Michael Rosbash, Nobel de Medicina
Michael Rosbash, Nobel de Medicina 2017, recibió un Honoris Causa de la UBA y ofreció una conferencia para estudiantes argentinos en Ciudad Universitaria. (Martín Rosenzveig)

Los premios Nobel son como los Oscar de la ciencia. Muchos los desean. Los persiguen con sus investigaciones y sus descubrimientos. Y los esperan por años.

Pero Michael Rosbash ganó el Nobel de Medicina en diciembre de 2017  -compartido con otros dos científicos estadounidenses- y no parece haberlo cambiado en nada. Su humildad y su buen humor siguen igual.

"Recibo más mensajes después del premio Nobel, pero mi dedicación es la misma de siempre. Nada cambió. Seguiría investigando los relojes biológicos aunque no me hubieran dado el premio. El Nobel no cambió mi pasión por seguir aprendiendo más", le dijo a Infobae, después de dar una conferencia en el aula magna de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

El científico norteamericano esta tarde
El científico norteamericano esta tarde sufrió un robo violento, a manos de motochorros, cuando se dirigía a Ciudad Universitaria. “Por suerte nadie salió dañado, son cosas que pasan”, dijo a Infobae.

Antes de dar la conferencia, Rosbash recibió el diploma de Doctor Honoris Causa de la UBA ante un auditorio repleto de estudiantes de biología. Su interés en contar lo que investiga y el estado actual de lo que se sabe del sueño hizo que Rosbash decidiera brindar su conferencia, a pesar de que alrededor de las 14 horas le habían robado su maleta con la computadora, y su pasaporte, dentro de los límites de Ciudad Universitaria, en el barrio porteño de Núñez.

El científico iba en auto con su colega argentino Omar Coso, cuando dos motochorros los abordaron frente al Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias.

Sin embargo, Rosbash siguió adelante. Se fue al Consulado de Estados Unidos y consiguió un nuevo pasaporte. Y recuperó el archivo de la presentación para la conferencia porque lo tenía guardado en la nube. "No me gustó el momento. Fue un poco shockeante. Pero nadie salió dañado. Son cosas que pasan", aseguró.

El año pasado, la Asamblea Nobel del Instituto Carolina de Suecia le otorgó el galardón a Rosbash junto a Jeffrey Hall y Michael Young. Los distinguieron porque fueron los tres científicos que revelaron cómo funciona el reloj biológico de los seres vivos.

El objeto de estudio del
El objeto de estudio del genetista Rosbash fue la cronobiología. Por eso, junto a los doctores Hall y Young obtuvieron el premio Nobel de Medicina 2017.   (Getty Images)

Se trata del reloj que permite que la vida se adapte al movimiento de rotación de la Tierra, que da lugar al día y a la noche. Hicieron el descubrimiento tras estudiar a la mosca de la fruta como modelo: aislaron un gen que controla el ritmo biológico diario en 1984. Y demostraron que ese gen codifica una proteína que se acumula en la célula durante la noche, y que luego se degrada durante el día. Después, fueron identificando proteínas adicionales que forman parte del reloj biológico.

Según Rosbash, recibió el premio por “ser persistente, tener experiencia en el ácido ribonucleico (ARN) en su laboratorio sobre levaduras, y su entrenamiento”.
El auditorio de estudiantes de
El auditorio de estudiantes de biología se deleitó con un Rosbash accesible para las preguntas y hasta pronunció varias palabras en español.

Los seres humanos también tienen el reloj biológico, y ahora se están encontrando claves sobre por qué los problemas en su funcionamiento pueden estar asociados a enfermedades como las demencias.

Aunque ahora se sabe mucho más sobre el cuerpo humano, Rosbash reconoció que todavía falta entender bien por qué los seres vivos duermen. Contó que los patrones del sueño de las moscas en la vejez son similares a las personas mayores. "El progreso científico depende de nuevas técnicas, nuevos descubrimientos y nuevas ideas. Probablemente, se da en ese orden", sostuvo.

Nacido en Kansas en 1944, Rosbash -quien también es investigador del prestigioso Instituto Médico Howard Hughes– se animó a darles consejos a los estudiantes que lo escuchaban y le hicieron preguntas. Comentó que después de hacer su doctorado empezó a trabajar en la Universidad de Brandeis, en Waltham, Massachusetts, y nunca más se fue.

Hace 43 años que su interés por la ciencia continúa alto. Por eso, le aconsejó a los estudiantes: "Encuentren una pasión e intenten seguirla. Dedíquense el 99% a esa pasión", afirmó. Ni los motochorros pudieron hacer detener a Rosbash con su pasión. Mañana viernes viajará a Chile para participar en una boda.

Fotos: Martín Rosenzveig

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