La carne de tiburón y de raya cotiza al alza en los mercados internacionales. Este es uno de los principales motivos por los que más de 30 especies de estos animales marinos están disminuyendo su población de forma considerable, según reveló un estudio reciente.
A pesar de que científicos y organismos ambientales llevan advirtiendo un tiempo sobre la gradual reducción de estas especies, el aumento de la demanda, la sobrepesca y las capturas accidentales han hecho que se acelere la reducción de las poblaciones de una treintena de especies.
El estudio, publicado en la revista Nature, examina 31 especies de estos animales de las cuales más de la mitad se consideran actualmente en “peligro” y en “peligro crítico”. Los investigadores encontraron que en todo el mundo, estas especies han disminuido en un 71% desde 1970, debido a que la presión pesquera se ha multiplicado por 18. De esta treintena de especies, tres cuartas partes están en peligro crítico de extinción. Tiburones martillos, tollos, cazones, angelotes, rayas volantín, y dos especies de tiburón marrajo son algunas de las más amenazadas.
Las causas de esta disminución acelerada son diversas, aunque la principal, según los investigadores, es la sobrepesca y la sobreexplotación marina. Algunas técnicas de la industria pesquera, como el palangre, se han popularizado. Esta forma de pesca a gran escala ha sido cuestionada por varios organismos por el impacto que tiene en las poblaciones de tiburones y rayas. El método consiste en largas líneas de pesca con anzuelos que pueden variar según el tamaño de la embarcación. Según la FAO, la organización de la ONU para la alimentación y la agricultura, los barcos pequeños normalmente pescan con unos cuantos cientos de anzuelos, mientras que los palangreros más grandes llegan a operar con entre 40.000 y 50.000 anzuelos por día.
Aunque los palangreros pescan atunes, peces espada o salmón, por el camino capturan accidentalmente gran cantidad de tiburones y rayas. Pero esto no es el único peligro, también existe la pesca intencional de tiburones y de rayas que reduce sus poblaciones.
“La industria pesquera, la pesca semi industrial o la artesanal no regulada hacen mucho daño a las poblaciones de tiburones. En algunas especies es especialmente preocupante, pues tardan años en llegar a la edad adulta y cuando lo hacen producen pocas crías”, explica Fernando Rey, especialista del Fondo Mundial para la Naturaleza, o World Wildlife Fund (WWF) en entrevista con Carbono News.
En 2019 la Red de Monitoreo del Comercio de la Vida Silvestre (Traffic) reveló que el 80% de los tiburones y rayas capturados a nivel mundial se atribuye a solo 10 países, con un total de 600.000 toneladas al año. Los barcos de España, Indonesia, India, Estados Unidos y México encabezaron la lista entre 2007 y 2017.
En cuanto a su consumo, el este asiático supone el 90% de las importaciones de aletas de tiburón —un lujo gastronómico—, siendo Hong Kong el mayor importador, seguido de Malasia, China y Singapur. Por su parte, la carne de tiburón y raya se consume principalmente en Italia, Brasil, España y Uruguay, que concentran casi el 60% de las importaciones en la última décadas.
En cuanto a las mantas (una especie de la familia de las rayas diablo), el principal comprador es China. El comercio se basa principalmente en las branquias de estos peces, con ellas se elaboran medicamentos para la circulación de la sangre, “aunque científicamente no se ha probado”, advierte Michel Guerrero, especialista en mantas, a Carbono News. También hay consumo de la carne de este pez en países como Perú, asegura el experto. Su piel también es codiciada, con ella se fabrican bolsos, carteras y cinturones.
Sudamérica, entre la protección y la sobrepesca
En la región también falta mucho por hacer en relación a la protección de estos animales. Fernando Rey, investigador de WWF, afirma que solo en la franja oriental del Pacífico, que comparten Ecuador, Perú y Chile, hay más de 100 especies entre rayas y tiburones.
Por ejemplo, las Islas Galápagos, en Ecuador, tienen el registro de mayor concentración de tiburones. Sin embargo, según Rey, “muchas de las especies más pescadas son las más amenazadas en la región”.
Aunque existen regulaciones según la especie, el país y el tipo de arte de pesca, y muchas están protegidas, aún queda trabajo en materia de conservación. Rey pone un ejemplo, “en 25 años algunas especies de tiburones martillo han reducido casi por completo su población, están en peligro crítico”. El tiburón de punta blanca era uno de los más capturados en alta mar, “hoy casi ya no se encuentra, también está en Peligro Crítico” o el tiburón zorro que ha reducido drásticamente su población, enumera.
Lo mismo sucede con la manta raya gigante. A pesar de ser una especie protegida, en diciembre de 2020 pasó de ser considerada especie vulnerable a “En Peligro” en la lista de la UICN, dice Guerrero. Una situación preocupante, ya que estos peces solo pueden alumbrar entre seis y siete crías en sus 50 años de vida, “su tasa reproductiva es bajísima”, concluye.
SEGUIR LEYENDO: