Exploración sísmica en el Mar Argentino: la tortura de los animales que viven entre explosiones

“Es una guerra”, dijo la activista de Greenpeace especializada en océanos Luisina Vueso sobre la búsqueda de petróleo y gas en el fondo marino

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Los ruidos pueden ser escuchados por la fauna hasta 4000 km de distancia del origen (Foto Greenpeace)
Los ruidos pueden ser escuchados por la fauna hasta 4000 km de distancia del origen (Foto Greenpeace)

¿Te imaginás vivir en el fondo del mar y escuchar un ruido ensordecedor semejante al despegue de un trasbordador espacial cada 10 segundos, por cuatro meses seguidos, sin parar? Esto le sucede a la fauna marina del Mar Argentino por la exploración sísmica que hacen algunas empresas extranjeras e YPF, avaladas por los sucesivos gobiernos para buscar gas y petróleo. “Es terrible y es realmente anti soberano”, afirmó en una entrevista exclusiva con Carbono News la activista de Greenpeace especializada en océanos, Luisina Vueso.

Desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, el Mar Argentino está siendo literalmente bombardeado acústicamente para encontrar hidrocarburos y poder extraerlos en un futuro. “Es el Gobierno argentino el que decidió impulsar este proyecto y avanzar en este tipo de acciones que son muy dañinas y nocivas para la biodiversidad marina, pero también perpetúan esta dependencia que tenemos de los combustibles fósiles”, explicó la campaigner de Greenpeace.

“Esto comenzó en el 2017 cuando se empezaron a entregar permisos para realizar exploración sísmica y, en 2019, se hicieron las primeras licitaciones de bloques en el sudeste de Buenos Aires y en la zona este de Tierra del Fuego. En septiembre de 2020 el entonces secretario de Energía Sergio Lanziani dio nuevos permisos. Mientras, en todo este tiempo se realizó exploración sísmica, con lo cual esto está avalado por el gobierno anterior y por el actual, y está avanzando”, detalló Vueso.

Luisina Vueso, Greenpeace Campaigner stands for a portrait on board of the Esperanza ship on November 10th, 2019. Atlantic Ocean, Argentina.
Luisina Vueso, Greenpeace Campaigner stands for a portrait on board of the Esperanza ship on November 10th, 2019. Atlantic Ocean, Argentina.

Los bloques son zonas que fueron determinadas como que posiblemente tengan reservorios de gas y petróleo. Estos lugares son separados en cuadrados en medio del mar y se licitan como “bloques”. Una de las empresas que participan es British Petroleum, la misma que en 2010 sufrió la explosión y posterior hundimiento de una en el Golfo de México, que terminó con un derrame “que fue un desastre que destruyó todo”, dijo Vueso, y adelantó: “Se cree que vendría una segunda licitación, pero todavía no hay fecha”.

La exploración, dijo la activista, se realiza en todo el mar, y desde 2017 paró recién en mayo de 2020, pero comenzó en diciembre otra vez.

—¿Cómo funciona la exploración sísmica?

—Son bombardeos, disparos que se hacen con un equipo de aire comprimido. Son muy potentes y generan un ruido muy fuerte. Este ruido viaja por la columna de agua hasta el fondo marino donde rebota y unos sensores que tienen esos barcos, que también llevan en sus equipos, captan esta información que rebotó y la utilizan para crear mapas del fondo marino. Es la técnica más utilizada para determinar dónde existen pozos petroleros en el fondo marino.

—¿Cómo afecta el ruido a la fauna marina?

—Las campañas sísmicas duran meses al menos tres o cuatro meses y los disparos se realizan cada 10 segundos, constantemente, todos los días. Por eso decimos que son tan nocivos. Porque es constante, el sonido se compara al ruido que genera el despegue de un trasbordador espacial.

Monitoreo satelital de Greenpeace sobre la exploración sísmica de 2017 a mayo de 2020
Monitoreo satelital de Greenpeace sobre la exploración sísmica de 2017 a mayo de 2020

Es realmente invasivo, es una guerra. Para la fauna marina, para toda la biodiversidad es terrible, pero principalmente para los mamíferos marinos porque ellos utilizan su sentido principal, que es el oído, para ubicarse, para determinar dónde están sus presas, adónde ir. Ellos no ven en la oscuridad del mar, se guían a través del oído, pero esto los deja prácticamente discapacitados y provoca muchos impactos en lo que es su comportamiento y a nivel fisiológico.

Quedan muy estresados, los desvía de su camino, de sus hábitats naturales de alimentación o de apareamiento. Desde el punto de vista fisiológico les genera daño auditivo y les puede generar incluso la muerte. Es espantoso, es una locura realmente.

—¿Qué distancia alcanza el ruido?

—Es submarino el ruido, se hace en el agua, dentro de la columna y llega hasta el fondo del mar a 300, 400, o 500 metros de profundidad. La gente del barco no lo escucha. Además, en el agua el sonido viaja muchísimo más rápido y se expande más hasta 300.000 km2 de superficie, tanto como la provincia de Buenos Aires, pero se puede escuchar desde 4000 km del origen, depende de mareas, clima y esas cosas.

—¿Hay alguna investigación sobre el impacto en los ecosistemas?

—Nosotros le pedimos información a la Secretaría de Energía para saber cómo se dieron estos permisos. Se entregó un estudio de impacto ambiental, que es una formalidad, un trámite, un compendio de estudios que se hizo en el exterior donde se extrapola a la situación de acá y es entendible, pero no se hizo nada local. Los resultados, de todos modos, fueron totalmente ignorados.

Licitaciones del 2019
Licitaciones del 2019

No se hicieron estudios ni antes ni después para entender el impacto en el ecosistema local. Lo muestran como la salvación para el país pero es un paso atrás. El presidente hace dos semanas hizo la presentación de las NDC diciendo que estamos comprometidos, que vamos a reducir nuestras emisiones y, en paralelo, están impulsando este proyecto que obviamente contribuiría muchísimo negativamente al cambio climático y contribuiría en muchísimas emisiones nuevas que hoy no existen, reforzando esta dependencia que tenemos a los combustibles fósiles, al extractivismo y la destrucción del patrimonio natural cuando se podrían dirigir a las inversiones en energías renovables.

—¿Hay algún beneficio económico que incentive esta exploración?

—Son proyectos muy a largo plazo y que en el mientras tanto se va destruyendo el ecosistema marino, o sea, hasta que efectivamente haya una extracción de petróleo pueden llegar a pasar por lo menos ocho años, ese es el permiso que tienen habilitado las empresas que han licitado. No hay ningún punitorio por la destrucción del ecosistema. Es terrible, es realmente anti soberano. Es terrible que se empiece a utilizar el término de la soberanía energética porque vamos a tener supuestamente energía producida por nosotros. Es mentira, no es para generar energía para suplir la necesidad de demanda que tiene hoy el país porque es mínimo a ocho años, no está solucionando ningún problema actual.

Son todas empresas extranjeras, YPF -y no digo que tenga que tener más- tiene un solo bloque. Si estamos hablando de soberanía es una falacia.

La contaminación acústica les puede ocasionar la muerte a los mamíferos marinos (Foto Greenpeace)
La contaminación acústica les puede ocasionar la muerte a los mamíferos marinos (Foto Greenpeace)

Tarda ocho años por toda la infraestructura que hay que preparar para la perforación y explotación en el medio del mar y tiene un costo muy alto. Las empresas se aseguran de estar absolutamente seguras que les va a rendir lo que van a hacer. Es una especulación constante.

Además, la sísmica no termina nunca. Incluso cuando se está extrayendo petróleo se sigue haciendo para seguir buscando exactamente dónde sería el otro punto para perforar, por eso tenemos que frenarlo cuanto antes.

Es muy vulnerable que nosotros estemos depositando “tanta esperanza” en que el fondo del mar nos va a salvar como Vaca Muerta. Es todo mentira, especulación, no podemos depender de eso. Hay que abandonar los combustibles fósiles. Son una vulnerabilidad no un beneficio.

En busca de un Tratado Global por los Océanos

Los mamíferos marinos son los más afectados por los ruidos (Foto Greenpeace)
Los mamíferos marinos son los más afectados por los ruidos (Foto Greenpeace)

“Hoy, las aguas internacionales que representan el 45% de la superficie de la tierra no están protegidas y no tienen ningún tipo de regulación o de gobernanza integral y eso permite que se hagan actividades que son muy destructivas sin que se haga ningún tipo de control como ocurre con la pesca destructiva que se hace en el límite de la zona económica de la zona exclusiva de argentina”, explicó la activista.

El tratado permitiría la construcción de santuarios marinos en zonas internacionales, algo que hoy no existe, detalló Vueso y agregó: “Lo más importante por un lado es la gobernanza y la regulación, entender que esto es un bien de la humanidad que tiene que ser protegido”.

Si se consiguen esos santuarios marinos, en esas zonas no se va a poder realizar exploración sísmica, ni perforación petrolera. La economista dijo que estos lugares son como los parques nacionales en tierra, pero en el medio del océano y que son zonas delimitadas que se cierran a todo tipo de extractivismo.

Para sumarte a la campaña de Greenpeace para frenar la exploración sísmica en el Mar Argentino podés hacer clic aquí.

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