Costa Rica es uno de los países felicitados por el Secretario General de la ONU, António Guterres, por sus acciones climáticas. Su energía es obtenida casi en un 100% de fuentes limpias. De su superficie terrestre e insular protege 13.030,55 kilómetros cuadrados, un 25,5% del total de su territorio, y su meta es llegar al 30%. Sin embargo, en lo que concierne a las áreas marinas, sólo protege 15.501,92 km2, un 2,7% de su extensión, lejos del 10% que era su compromiso internacional para 2020.
En los últimos años, la productividad de las áreas rocosas del ambiente marino sufrió alteraciones por el cambio climático, la sobrepesca y el movimiento de sedimentos. Por tal motivo, se inició el proyecto de recomposición del ambiente marino, de la mano del Hotel y Club Punta Leona Costa Rica, junto con el apoyo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), la escuela de buceo Dive Costa Rica y la ONG MareBlu, a través de arrecifes artificiales.
Los arrecifes artificiales son estructuras submarinas creadas por el hombre, construidas para promover la vida marina. Sirven para mantener la diversidad de peces, evitar la erosión, crear un corredor de protección y bloquear el uso de redes de arrastre. Sus estructuras son de cemento marino, que tiene dos aditivos distintos que permiten la facilidad de la adherencia de la vida acuática. Además, esto le da una mejor oxigenación y equilibra el ph para que las algas, musgos y conchas puedan crear un hábitat más amigable.
Uno de estos proyectos se ubica en Playa Blanca, provincia de Puntarenas, sobre el Océano Pacífico, un sitio “cinco estrellas de bandera azul ecológica” por la limpieza de sus aguas. Allí colocaron 14 estructuras tipo campana, que pesan entre 250 y 600 kilos, para que se conviertan en hábitat para muchas especies.
Estos arrecifes artificiales son un paso hacia la recuperación de los ecosistemas porque crean refugios para los animales y permite la fijación de algas, pequeños moluscos y crustáceos, que sirven de alimento a muchas especies.
El objetivo de la iniciativa es alcanzar las 200 estructuras para crear un tipo de corredor biológico marino que permita el paso de las especies entre los arrecifes naturales que ya existen en la zona. La siguiente etapa es la colocación de cultivos de coral en sistemas especiales para que puedan crecer.
“Este mes finalizamos una etapa de lo que es el proyecto de arrecifes artificiales del humedal marino Punta Leona, un proyecto que involucró mucho esfuerzo y dedicación de parte de muchas empresas y personas. Gracias a dios, al hotel y club Punta Leona, amigos de Mareblu, el INA y sin olvidar a todos y cada uno de nuestros clientes que con su apoyo y confianza nos permiten colaborar con proyectos tan innovadores como este”, celebró Dive Costa Rica.
Por parte de los encargados del proyecto, el Hotel y Club Punta Leona Costa Rica señalaron: “Después de mucho esfuerzo y un año de trabajo previo (estudios, monitoreos, permisos y construcción) pudimos sumergir los ‘reefballs’ que le darán forma a una gran pared de arrecife artificial que no solo ayudará a la biodiversidad de la zona, sino que podremos disfrutar para actividades acuáticas recreativas”.
El proyecto también tiene como objetivo incentivar la educación ambiental y el turismo sostenible, ya que quienes buceen podrán aprender más sobre este sistema.
En estas aguas se pueden ver langostas, pulpos, ostiones, cambute, tiburones punta blanca, tortugas carey, verde y lora; y esto indica que el ecosistema está sanando. Gracias a estos efectos positivos, el Instituto Nacional de Aprendizaje de Costa Rica creará un Protocolo de Arrecifes Artificiales.
Los arrecifes son una gran masa constituida por organismos calcáreos sedentarios, como algas, rocas o corales que permanecen sumergidos durante la pleamar y pueden sobresalir ligeramente en la bajamar. Muchos son el resultado de procesos abióticos como por deposición de arena, erosión u otros procesos naturales, pero los arrecifes más conocidos son de coral formados en procesos bióticos dominados por corales y algas calcáreas.
Actualmente están severamente amenazados por el aumento de las temperaturas de los océanos y el cambio de sus características químicas como la acidificación. Las causas principales son el aumento de las temperaturas atmosféricas y el mayor nivel de dióxido de carbono en las aguas del mar.
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