La energía renovable es la fuente de electricidad más económica del mundo, según demuestra el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). El planeta se encuentra en plena transición en materia de este tipo de fuentes.
La electrificación sobre la base de renovables competitivas es la columna vertebral de la solución para la descarbonización del planeta.
Algunas potencias mundiales como Alemania, China, Estados Unidos y Brasil están logrando disminuir el costo de los KW que consumen hasta niveles del año 2008 gracias a la incorporación masiva de las energías “verdes”.
Encabeza en el último quinquenio la tabla de ahorros la energía solar (26 %) seguida de la biomasa (14 %), luego la fotovoltaica (13 %) y por último la hidroeléctrica (12 %) de acuerdo a datos de IRENA.
Solamente en 2021 el sistema de energía mundial podrá ahorrar hasta 23.000 millones de dólares y reducir las emisiones anuales en alrededor de 1,8 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que equivale al 5 % del total de las emisiones mundiales de CO2.
Para llevarlos a términos económicos, merced al sol, el viento, la biomasa y el agua, la humanidad ahorraría este año hasta un punto del PBI planetario. El director general de IRENA, Francesco La Camera señaló: “Debemos hacer todo lo posible por acelerar la implantación de las renovables si queremos cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París”.
Argentina podría, pero no le alcanza...
En los últimos cinco años, Argentina logró pasar de una presencia de renovables casi inexistente, a cubrir con energías limpias poco más del 9% de su matriz que se vuelca al mercado local.
Consultado por Carbono News, el ingeniero Jorge Lapeña, ex secretario de Energía de la Nación y representante del Instituto General Mosconi, explicó la situación actual. “La economía nacional no está ayudando a la instalación de nuevos parques de electricidad limpia ya que las tarifas domiciliarias, comerciales e industriales están congeladas y los aumentos serán pequeños este año”, sostuvo.
“Si bien este modelo renovable no necesita quemar hidrocarburos y se abastece gratis del sol y de los vientos, el verdadero costo de la actividad se encuentra en el pago de un capital inicial que es muy oneroso. Con tasas en dólares al 16% anual, como estamos pagando desde el Palacio de Hacienda, es difícil encontrar inversores porque esa tasa de retorno cada 12 meses no la consiguen siquiera los que utilizan combustibles fósiles para mover las usinas”, continuó Lapeña.
Y siguió: “Por eso, no podemos compararnos aún con Chile, Perú o Brasil, ya que en esos países sudamericanos la inflación está controlada (es de apenas un dígito anual) y tienen acceso casi irrestricto a los mercados internacionales de créditos”.
Por su parte Daniel Montamat, exdirector de Gas del Estado, ex titular de YPF y ex secretario de Energía de la Nación, también describió a Carbono News un cuadro de situación complicado.
“El parque generador de eólica y solar llega hoy a más de 3000 MW instalados y alcanzaría con el plan Renovar a más de 5000 MW en pocos meses. Eso sería el 12% de la totalidad instalada. Estamos aún lejos del 25 % para el año 2025 como se ha planteado desde el Estado Nacional. Pero hemos avanzado una enormidad. Los problemas macro del país complican que los inversores se vuelquen a poner su dinero en nuevos proyectos. Pero, a pesar de los vaivenes, la tendencia seguirá en alza porque se trata del futuro de la generación en el país y en el mundo”, analizó.
Montamat pintó un cuadro esperanzador para las próximas décadas. “Veremos pronto cómo los aerogeneradores y los paneles fotovoltaicos podrán almacenar y acumular en grandes baterías casi todos los electrones generados. Esto será una nueva bala de plata contra la contaminación ambiental”, vaticinó.
La opinión de los especialistas es coincidente: si Argentina soluciona sus problemas financieros externos e internos, podría volverse en pocos años una nueva potencia en electricidad ecológica gracias a su extensa y privilegiada geografía.
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