El Riachuelo, que separa la ciudad autónoma de Buenos Aires con el conurbano, es uno de los diez cursos de agua más contaminados del mundo según un estudio del norteamericano Blacksmith Institute y la Cruz Verde Suiza.
Se trata de la cuenca fluvial más contaminada y el problema ambiental más visible de la Argentina. En el transcurso del último siglo ha sido usada como sumidero cloacal de buena parte del Área Metropolitana más poblada del país.
La contaminación alcanza niveles críticos en los cursos medio y bajo y afecta directamente la calidad de vida de cinco millones de personas ya que atraviesa 14 municipios.
Hace diez años, la Casa Rosada consiguió un préstamo del Banco Mundial por 840 millones de dólares para construir plantas de tratamiento, estaciones de bombeo, reconversión de las industrias contaminantes y mejoras en los servicios cloacales. Pero el objetivo todavía no se cumplió.
Solamente se mostraron avances en el retiro de residuos, la remoción de los buques hundidos, la construcción de cloacas para la mitad de los afectados, el agua potable para más de un millón de vecinos y la limpieza de las márgenes.
¿Qué falta aún remediar?
-En 2021, más de la mitad de las 1400 industrias contaminantes siguen sin estar reconvertidas. Los rubros más complejos son frigoríficos, curtiembres, alimentarias, metalúrgicas y galvano-plásticas.
-Los desechos más complicados (plomo, arsénico, cadmio y cromo) llegan desde el Polo Petroquímico ubicado cerca de la desembocadura. La convivencia de empresas petroleras y depósitos de productos químicos constituye una situación de alta complejidad.
-Esperan su reubicación más de 10.000 familias que vive en villas de emergencia cerca de las orillas
-En un estudio especial sobre este flagelo, la Universidad de La Plata categorizó el 92% de las muestras del agua como “malas” o “muy malas”.
Un rescate en 38 meses
En Europa, Estados Unidos y Asia demostraron que es posible transformar verdaderas letrinas a cielo abierto en torrentes de agua aptas para la recreación e, inclusive, el consumo humano.
Distintos cursos en descomposición fueron reintegrados a la vida económica, social y urbana:
-El Sena de París
-El Támesis de Londres
-El Rin de Colonia
-El Tajo de Lisboa
-El Seúl y el Han en Corea del Sur
-El Cuyahoga en Cleveland, Estados Unidos
-Los canales de Copenhague en Dinamarca
Consultado por Carbono News, el auditor ambiental Sergio Raúl Ferrari, quien estuvo a cargo de una prueba piloto de biorremediación en el Riachuelo vaticinó: “La recuperación completa se puede hacer en un lapso de 38 a 40 meses. La inversión sería cercana a los 800 millones de dólares”.
“Cuando nos tocó intervenir, montamos un planta en Arroyo del Rey, el segundo más contaminado del sistema. Mejoramos la calidad de los líquidos y los volvimos uso IV, lo que significa que es apto para actividades recreativas. Esta prueba superó los estándares solicitados y debió ampliarse a todo el eje Matanza-Riachuelo. Pero esto no ocurrió. Nuestro plan se basa en evidencia científica. No nos movemos con consignas publicitarias. Nuestra experiencia fue tan exitosa que se logró triplicar la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, convirtiendo al río en apto para la vida”, contó Ferrari.
“La planta funcionó siete meses y llegó a procesar 10.000 litros por hora. Estos volúmenes eran devueltos limpios al arroyo del Rey. En esta área aparecieron los famosos peces que vieron algunos funcionarios nacionales. El agua se limpia mediante procesos de aireación, biodegradación enzimática, coagulación de los contaminantes, un primer filtrado, ozonización y un filtrado final por capilaridad”, detalló el investigador.
Desde hace varios años, la autoridad de la Cuenca, el ACUMAR, decidió no avanzar con la limpieza hasta lograr que las industrias dejen de ensuciar. “Hoy, la premisa es dejar de contaminar. Todavía no llegamos a la etapa de limpiar” contestan desde el ente de saneamiento que nuclea a CABA y el Gran Buenos Aires.
Fotos: ACUMAR
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