Una de las grandes discusiones del período de gobierno actual en Uruguay fue la regulación y despenalización de la eutanasia. El proyecto de ley fue presentado en 2020, aprobado por la Cámara de Diputados en 2022 y ni siquiera llegó a ser discutido en el plenario del Senado, luego de diferencias internas en el Partido Colorado. El texto quedó archivado en alguno de los cajones del Palacio Legislativo.
El próximo 15 de febrero –15 días antes de que la izquierda vuelva al poder en Uruguay–, asumirá la legislatura con una nueva composición y sin ningún bloque político con mayoría absoluta como para poder aprobar por sí solo un proyecto de ley.
El Frente Amplio tiene la mayoría en el Senado, pero le faltan dos bancas en Diputados para llegar al voto 50 que necesita para que las propuestas sean aprobadas.
Por lo tanto, en el nuevo Parlamento uruguayo serán clave las negociaciones. Y la regulación y despenalización de la eutanasia será uno de los asuntos que requerirá hora y horas de zurcido.
La legalización de esta práctica será uno de los primeros proyectos de ley que recibirá el Parlamento. Su reimpulso comenzará ni bien asuma la próxima legislatura, según informó a Búsqueda el diputado electo por el Frente Amplio Federico Preve, el principal promotor de esta iniciativa. Preve fue vocero de Muerte Asistida Digna en Uruguay, una de las organizaciones que militaba a favor de la eutanasia. También era cercano a Empatía Uruguay, otra de las organizaciones que la promueve.
Preve ya comenzó con las conversaciones dentro del Frente Amplio y por fuera de la fuerza política. Habló con la senadora electa Silvia Nane, una de las mujeres cercanas a la vicepresidenta electa Carolina Cosse, como también con Ope Pasquet, el diputado colorado encargado de promover la iniciativa durante el actual período de gobierno. “La idea es reimpulsar este mismo proyecto y evaluar si hay que hacer algún cambio, aunque sea menor”, señaló.
Pasquet fue el redactor del proyecto de ley que aprobaron los diputados en 2022 y que luego sería archivado.
El proyecto de ley establecía condiciones médicas y legales para que una persona exprese por anticipado su deseo de morir cuando ya no hay salida para su patología o enfermedad. Esta voluntad anticipada debía ser expresada y reafirmada en cuatro oportunidades y, en al menos tres, tiene que haber testigos.
Establecía que dos médicos debían corroborar que el paciente cumpliera con las condiciones médicas exigidas para poder iniciar el proceso de eutanasia. Si entre los dos profesionales había diferencias, un tercer médico tendría que dirimirlas. En todo momento el paciente podía cambiar de idea y dejar sin efecto el proceso.
Preve declaró que el objetivo es volver a presentar el proyecto con la firma de legisladores de cuatro partidos políticos. A los frenteamplistas se le sumarán por lo menos tres colorados, del sector del ex candidato a presidente Andrés Ojeda. El legislador electo Felipe Schipani ya adelantó que apoyará la iniciativa. También hubo contactos con diputados del Partido Nacional y con Gerardo Sotelo, quien ocupará la única banca que obtuvo el Partido Independiente.
“No hay una posición uniforme del Frente sobre el tema, pero igual estoy convencido de que habrá mayoría en Diputados y en el Senado”, dijo el diputado electo, que es neurólogo de profesión.
La ministra de Salud designada, Cristina Lustemberg, está a favor de la iniciativa. El presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, señaló –entrevistado durante la campaña electoral en Búsqueda– que está de acuerdo con el concepto como tal porque “no hay derecho al sufrimiento”, pero que la discusión dependerá del ámbito legislativo. “No vamos a ir a contrapelo de lo que las mayorías definan, dado que un tema tan desde la filosofía, hay que ser muy cuidadosos”, señaló en esa oportunidad.