La suba de precios continúa controlada en Uruguay. Desde hace 19 meses, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) está dentro del rango que las autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) fijaron como meta (3%-6%), un objetivo cumplido que las autoridades del próximo gobierno –que asume el 1° de marzo– pretenden mantener.
En diciembre, el IPC fue de 0,34% y acumuló una variación interanual de 5,49%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Como sucedió en el mes anterior, el transporte tuvo una incidencia importante en la suba de precios registrada en el último mes. Los precios en ese rubro aumentaron 0,82%. Hubo aumentos en el valor de los autos y las camionetas del 2,96%, que estuvieron explicados básicamente por el aumento del dólar en el último mes. El transporte de pasajeros con chofer también subió sus precios (6,62%) y hubo bajas en los precios de los pasajes de avión (-3,30%), según los datos del INE.
Los precios de alimentos y otros productos derivados crecieron un 0,33%, como también la recreación, el deporte y la cultura (3,07%) y los restaurantes y servicios de alojamiento (1,03%). Hubo, en tanto, una reducción de los precios en el segmento vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (-1,45%). Esta baja estuvo explicada por la aplicación del UTE Premia, un programa que la empresa estatal de energía eléctrica impulsa a fin de año y que derivó en la baja de un 5,5% de la factura de electricidad.
El BCU proyecta que la inflación se mantendría dentro del rango meta durante todo el horizonte de la política monetaria y sería del 5,2% al cierre del 2025. Los analistas privados, en tanto, esperan que la suba de precios sea algo mayor y estiman que cerrará el año en 5,75%. El fortalecimiento del dólar es uno de los factores de incertidumbre para este año.
El año político en Uruguay estará marcado por el regreso del Frente Amplio al poder. Durante la gestión de Luis Lacalle Pou hubo un “mito” que se rompió, según definió el ex presidente del BCU (2020-2024) Diego Labat. Durante años, el Índice de Precios del Consumo (IPC) en el país estaba en una zona de confort de entre el 8% y el 10% y la intención de las actuales autoridades fue dejar para atrás una “larga historia de inflación alta” y tener bajo control la suba de precios. Con un gobierno de otro signo político electo, esta estabilidad parece convertirse en una política de Estado.
El presidente designado del BCU, Guillermo Tolosa, dijo a la salida del encuentro entre las autoridades económicas que la próxima administración buscará continuar con estos logros. “Cuando asumamos, el Banco Central va a mantener un compromiso con la baja de inflación, con proteger el poder adquisitivo de los uruguayos”, dijo el jerarca entrante en declaraciones a la prensa.
“La experiencia internacional demuestra que la forma más efectiva de lograr ese objetivo es a través de un régimen de metas de inflación, cuya herramienta fundamental es la tasa de interés. Ese régimen se mantendrá, se seguirá consolidando y se seguirá perfeccionando”, dijo el presidente de la autoridad monetaria entrante.
Durante la campaña electoral, el ministro anunciado por Orsi ya se había comprometido a mantener este logro. “La inflación baja es indispensable para favorecer a los hogares más pobres y en particular a las personas más vulnerables que ni siquiera tienen mecanismos de protección frente a la inflación”, dijo el designado ministro, en una entrevista con Búsqueda. “La inflación baja es un compromiso, y eso supone una decisión política”, dijo el economista.
Oddone dijo que tiene la aspiración de “dar un paso adicional y reducirlo más”. “Un máximo de 6% de inflación y, si pudiéramos hacerlo, converger al 4% a lo largo del período”, planteó.