Todos los sectores uruguayos que durante 2023 se quejaron de la diferencia cambiaria con Argentina ahora corrieron el foco más hacia el norte. Los problemas se repiten: para el turismo se suma un competidor barato, los comercios de las zonas limítrofes se quejan de las compras del otro lado de la frontera y los industriales advierten por los problemas de “competitividad”.
Con la llegada de Javier Milei a la Presidencia de Argentina, buena parte de los inconvenientes se solucionaron principalmente por la reducción de la brecha cambiaria y por la posibilidad de poder cobrar viejas deudas. Pero ahora la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) está atenta a los posibles efectos de la devaluación brasileña.
El nuevo presidente de esta gremial empresarial, Leonardo García, dijo que los empresarios del sector comienzan a “monitorear” la situación brasileña luego de tener “bastantes problemas con el comercio con Argentina”. “La mayor dificultad para que el sector industrial por fin empiece a crecer en forma sostenida es la competitividad. Necesitamos competitividad”, dijo el empresario, en una entrevista con el semanario Búsqueda.
García proyectó que a partir de “marzo o abril” se comenzará a notar un “crecimiento importante” en Argentina, que ayudará a “traccionar la industria nacional”. Pero advirtió: “Lo que está pasando en Brasil es negativo y me hace acordar mucho a lo que pasó en los últimos años con Argentina. Nos genera una diferencia cambiaria importante y dificulta la competencia”.
Si se toma en cuenta el cierre de 2023 y se lo compara con el cierre esperado del 2024, la caída de los precios en Brasil habría sido del 17,4%, dado que hubo una inflación del 4,9% y un aumento del dólar del 27%. En Uruguay, en tanto, la caída de los precios medida en la divisa estadounidense fue bastante menor: del 7%. Este porcentaje está explicado por un Índice de Precios del Consumo de un 5% y un aumento de la cotización del dólar del 13%, según un informe de Equipos Consultores.
En conclusión, hay para Uruguay un encarecimiento relativo respecto a Brasil de aproximadamente un 10%. “Esto se suma a la competitividad histórica con nuestro vecino, la menor en más de dos décadas”, agrega el análisis de Equipos.
Para García, la devaluación en Brasil no va a afectar solamente las exportaciones y alertó que es necesario “tener mucho cuidado con el contrabando”. “Ahí tiene que hacer foco el gobierno, porque cuando la brecha es poca se afecta la zona limítrofe, pero cuando empieza a crecer el contrabando llega hasta el Centro de Montevideo”, señaló el presidente de la CIU.
“Eso, a la industria, la afecta en forma inmediata y también al empleo. Uruguay tiene que estar atento, no importa el signo político de los países vecinos, y tener muy claro hacia dónde se va”, opinó el representante industrial.
El informe de la consultora Equipos publicado días atrás afirma que el contrabando es uno de los “efectos negativos” que tiene la devaluación de Brasil. Proyecta que las empresas que venden a Argentina saldrán favorecidas (principalmente las que comercializan productos químicos, farmacéuticos y autopartes), al tiempo que las más desfavorecidas serán las que venden o compiten con la producción con Brasil en venta de vehículos, lácteos y plástico.
Estos impactos, sin embargo, serán compensados “en parte”, por el encarecimiento de Argentina.
En la entrevista, el industrial también consideró “muy importante” seguir de cerca lo que pase entre Argentina y Estados Unidos. “Uruguay puede tener la oportunidad de favorecerse de ese relacionamiento por lo que significa el mercado de Estados Unidos”, declaró.
García proyectó que el 2025 será un año “bastante estable”, sin “grandes crecimientos”. Esto se debe a la “incertidumbre” que genera el nuevo gobierno que asumirá en marzo –más allá de su signo político, aclaró– y a la situación en Brasil. “Eso genera gran cautela, porque no hay grandes inversiones en el sector industrial; diría que la inversión del último año fue bastante chata”, definió.