El Gobierno de Brasil informó este viernes la suspensión de la emisión de visas temporales para trabajadores de la empresa china BYD, fabricante de vehículos eléctricos, tras denuncias de que empleados de la compañía habrían sido sometidos a tráfico humano y condiciones laborales equiparables a la esclavitud.
La decisión surge tras la reciente identificación de 163 trabajadores chinos que ingresaron de manera irregular a Brasil para participar en la construcción de una fábrica de BYD en el estado de Bahía, al noreste del territorio brasileño. De acuerdo con las investigaciones, estos empleados estaban contratados por la empresa Jinjiang Group, que ha rechazado las acusaciones en su contra.
El Ministerio de Justicia de Brasil anunció que, de confirmarse las irregularidades señaladas por los fiscales en la fábrica, se procederá a revocar los permisos de residencia de los trabajadores chinos implicados. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que estos empleados habían ingresado al país con visas temporales de trabajo.
Inspecciones realizadas desde noviembre revelaron “condiciones de trabajo degradantes,” según un comunicado del Ministerio de Trabajo de Brasil. Entre las irregularidades detectadas se encuentran camas sin colchones en los alojamientos y la disponibilidad de solo un baño para cada 31 trabajadores.
Según el texto, los trabajadores presentaban “signos visibles de daños en la piel” debido a largas jornadas bajo el sol.
También señaló indicios de “trabajo forzado,” ya que a los empleados se les confiscaban los pasaportes y sus empleadores retenían el 60% de sus salarios.
La planta en el estado de Bahía, con una inversión de 620 millones de dólares, forma parte de la creciente influencia del régimen chino en Brasil, el principal mercado internacional para BYD. La compañía tiene previsto iniciar la producción de vehículos eléctricos en el país a comienzos de 2025, con una meta inicial de fabricar 150.000 automóviles anuales.
Sin embargo, el hallazgo de trabajadores en condiciones de explotación ha generado tensiones. Las autoridades informaron que la suspensión de las visas fue solicitada el 20 de diciembre, tres días antes de que se hicieran públicas las denuncias, y la orden fue enviada a la embajada brasileña en Beijing.
Una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino en Beijing, Mao Ning, aseguró que “hemos tomado nota de los informes pertinentes... y actualmente estamos verificando la situación”.
Agregó que Beijing “concede gran importancia a la protección de los derechos e intereses legítimos de los trabajadores, y siempre ha exigido a las empresas chinas que operen de acuerdo con la ley y las regulaciones”.
En un comunicado publicado en redes sociales, Jinjiang Group rechazó las acusaciones de las autoridades brasileñas y afirmó que la descripción de las condiciones laborales como “esclavitud” es inexacta, atribuyendo la controversia a malentendidos en la traducción.
“En términos de difamar las marcas chinas, difamar a China e intentar dañar la amistad entre China y Brasil, hemos visto cómo las fuerzas extranjeras relevantes colaboran maliciosamente y se involucran en difamaciones deliberadas”, expresó el portavoz de de BYD, Li Yunfei.
BYD y Jinjiang Group han expresado su disposición a colaborar con las autoridades brasileñas. De acuerdo con la Fiscalía Laboral de Brasil, ambas compañías se comprometieron a alojar a los 163 trabajadores en hoteles mientras se negocia un acuerdo para la finalización de sus contratos.
Brasil, que representa cerca del 20 % de las ventas internacionales de BYD en los primeros 11 meses de 2024, es un mercado clave para la expansión global de la empresa china. Sin embargo, este incidente podría complicar las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países, que han fortalecido sus lazos económicos en los últimos años.
La empresa deberá asegurarse de proporcionar boletos de avión y 120 dólares para gastos de viaje a siete trabajadores que retornarán a China el 1 de enero.
(Con información de Reuters y AFP)