La Policía de Ecuador halló este martes varios cuerpos —aún sin identificar— en una zona cercana a una base de las Fuerzas Armadas, más de dos semanas después de la desaparición de cuatro menores que fueron detenidos por militares al sur de Guayaquil.
Una funcionaria policial, que solicitó mantener su anonimato por razones de seguridad, confirmó a The Associated Press que se habían encontrado varios cadáveres en una zona de manglar cercana a Taura, donde se ubica la base militar de la región costera. Sin embargo, no especificó el número exacto de cuerpos y señaló que se investiga si corresponden a los menores desaparecidos.
Dos funcionarios de la fiscalía, quienes solicitaron mantener su anonimato debido a restricciones para ofrecer declaraciones, informaron que los cadáveres presentaban signos de haber sido calcinados y mostraban evidencias de violencia.
Casi en paralelo, el ministro de Defensa ordenó la detención de 16 militares involucrados en la detención y posterior desaparición de los menores, un caso que ha generado gran conmoción en el gobierno del presidente Daniel Noboa. La Fiscalía considera que este incidente podría tratarse de un caso de desaparición forzada.
El pasado 8 de diciembre, cuatro jóvenes de 11 años, dos de 14 y uno de 15 fueron detenidos en un operativo militar en un barrio popular al sur de Guayaquil y desde entonces se desconoce su paradero. Las autoridades aseguraron inicialmente que habría grupos de delincuencia involucrada en la desaparición, pero días más tarde informaron que los menores fueron detenidos por militares y después liberados.
En una audiencia de habeas corpus celebrada en la tarde de este martes —cuyo fin es solicitar la liberación de personas detenidas sin garantías legales—, la fiscalía pidió fijar una fecha para formular cargos por “desaparición forzada” contra los 16 militares que participaron en el operativo y que prestan servicio en la base cercana a donde se encontraron los cuerpos.
Asimismo, el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, ordenó poner bajo custodia al grupo de uniformados “investigados por la justicia” por la desaparición de los cuatro jóvenes, según un comunicado difundido en X.
Los cuerpos encontrados estaban en una zona rural muy cerca de la Base Militar de Taura, a las afueras de Guayaquil, que es la sede de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
En ese recinto, prestaban servicio los 16 militares que, en dos camionetas, detuvieron a los cuatro niños a las 20:43 de aquel domingo, según grabaciones de cámaras de seguridad.
La base de Taura fue allanada por la Fiscalía la madrugada del pasado lunes para incautar evidencias, entre ellas, los celulares de los 16 uniformados y dos camionetas blancas Chevrolet Luv, con vidrios polarizados y sin placas, en los que subieron a golpes y violentamente a los cuatro niños, según las imágenes de videovigilancia.
El ministro de Defensa dijo que los militares actuaron porque una mujer había denunciado un robo por parte de los menores. Algo que no ha podido ser validado por las imágenes del sistema policial.
En la audiencia celebrada este martes, el fiscal Christian Fárez, que lleva la investigación de la desaparición de los cuatro jóvenes dijo que no había evidencia, pruebas, partes policiales o testigos que sustenten la versión sobre el presunto robo.
“No existe ningún acto ilícito que hayan cometido los niños”, apuntó el funcionario que cuestionó el procedimiento de la detención.
“Los menores no pueden ser detenidos ni aprehendidos”, indicó, sino que debían haber sido “solo aislados” y haber informado a la unidad especializada de la Policía.
“Sobre todo, hacer de conocimiento público el procedimiento, nombre, fecha y hora”, concluyó.
(AP)