Desde hace más de un año que Bolivia enfrenta un alza sostenido en los precios de algunos productos, pero en los últimos días del año el costo de la carne de res, de pollo y de cerdo sufrió una suba de entre el 26% y 76%, en las principales ciudades del país.
El pollo tuvo un incremento histórico en su precio, pasó de costar alrededor entre 13 y 15 bolivianos a 23 o 25. “El precio del pollo subió desde hace dos semanas, en estas fechas suele llegar a 18 bolivianos, pero nunca tan caro como ahora”, manifestó una vendedora de pollo de un mercado al portal de noticias Urgente.
Según las comerciantes, además del aumento de la demanda en esta época festiva del año, los proveedores justifican el incremento de los precios a la baja producción de pollo en algunos departamentos y las dificultades para conseguir combustible para su transporte.
Desde inicios 2023 que Bolivia sufrió una caída en la producción de gas, el principal rubro de exportación del país y ha tenido que utilizar las reservas internacionales para mantener los subsidios del combustible importado, que es uno de los mayores gastos públicos: se destinan cerca de 2.000 millones de dólares anuales para la compra de diésel y gasolina.
En ese contexto, empezó a escasear la provisión de dólares y se limitaron los giros y las transacciones bancarias en esa moneda, lo que provocó el surgimiento de un mercado paralelo de divisas donde el dólar se cotiza en un valor 70% más alto.
Los problemas macroeconómicos del país se han empezado a sentirse en los bolsillos de la población hace varios meses y el aumento de los precios de la canasta familiar en Bolivia ha sido una preocupación creciente que ha provocado manifestaciones para exigir soluciones al Gobierno. En los últimos cuatro años, el país ha acumulado un aumento del 6% en el índice de precios oficial.
El presidente Luis Arce admitió el desabastecimiento de dólares y atribuyó la crisis económica a una mala gestión de la política de hidrocarburos del Gobierno de Evo Morales (2006-2019), a factores internacionales y a fenómenos climatológicos que afectan la producción agrícola. Sin embargo, el Gobierno ha minimizado el impacto económico en los precios de la canasta básica y afirma que el alza se debe al agio y especulación de algunos productos o intermediarios.
En un diálogo con los periodistas de La Paz este lunes, el presidente Arce manifestó que “la economía mundial está siendo afectada, hay una inflación mundial que está afectando a la vida de todos los bolivianos” y dijo que hasta mediados de año los precios estaban controlados en el país pero que luego comenzaron “ataques especulativos” y empezó a subir la inflación.
En el último mes, la administración de Arce asumió algunas medidas polémicas para evitar el alza de precios y garantizar el abastecimiento de productos en el mercado interno como vetar la exportación de aceite refinado de soya por diez días e intervenir ingenios arroceros para entregar la producción a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), una entidad estatal encargada de garantizar el suministro de alimentos a precios más bajos.
“Lo único que hemos pedido a los productores e industriales nacionales es que primero garanticen el estómago y la mesa de los bolivianos. Si garantizan el abastecimiento interno, no tenemos ningún problema en que el resto de todo lo que ellos produzcan vaya al extranjero”, manifestó Arce en una visita a la frontera con Perú para supervisar controles al comercio ilegal de productos.
Para dotar insumos alimenticios de primera necesidad, el Gobierno implementó también controles fronterizos para evitar la fuga de alimentos hacia otros países, reducción arancelaria de algunos productos, subvención de productos y organizó ferias barriales de la empresa Emapa, entre otras medidas.