El presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó este domingo que el Canal de Panamá “es panameño y lo seguirá siendo”, respondiendo a las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien señaló que exigiría la devolución del canal si no se reducen las tarifas de tránsito.
“Compatriotas, como presidente quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables”, afirmó Mulino en un mensaje televisado.
El Canal de Panamá, que conecta el Atlántico y el Pacífico y facilita el paso del 3 % del comercio mundial, representa para Panamá una “historia de lucha y una conquista irreversible”, según expresó el mandatario.
Este canal, construido por Estados Unidos y operado por ese país desde 1914, fue traspasado al control panameño el 31 de diciembre de 1999, conforme a los Tratados Torrijos-Carter, firmados en 1977 por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter.
Donald Trump, quien asumirá la presidencia el 20 de enero, expresó su descontento con las tarifas “exorbitantes” que Panamá cobra por el tránsito a través del canal, señalando además que la administración de la vía está bajo influencia de China. Según el mandatario electo, el ex presidente Carter “tontamente lo regaló (el canal) por un dólar, durante su mandato”.
“Era exclusivamente para que Panamá los administrara, no China ni nadie más”, dijo Trump. “¡Nunca dejaríamos ni dejaremos que caiga en malas manos!”.Si Panamá no puede garantizar una “operación segura, eficiente y confiable” del canal, “entonces demandaremos que nos devuelvan el canal de Panamá en su totalidad y sin lugar a dudas”, añadió el republicano.
Estas declaraciones generaron una respuesta inmediata de Mulino, quien enfatizó que “el canal no tiene control directo o indirecto ni de China, ni de la Comunidad Europea ni de Estados Unidos o de cualquiera otra potencia”.
Además, Mulino destacó que “las tarifas no son un capricho”. Explicó que estas se establecen públicamente, “considerando las condiciones del mercado, la competencia internacional, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento y modernización de la vía interoceánica”.
También recordó que, bajo administración panameña, el canal ha sido gestionado por “profesionales idóneos”, asegurando su operación “segura, continua, eficiente y rentable”. Durante el año fiscal 2024, el canal entregó 2.470,7 millones de dólares al fisco panameño, a pesar de enfrentar retos como una grave sequía que afectó su funcionamiento.
En su intervención, Mulino expresó el deseo de mantener una relación respetuosa con la nueva administración estadounidense.
“Panamá respeta a las demás naciones y exige respeto”, afirmó, al tiempo que subrayó la importancia de la cooperación en temas de interés mutuo como la migración ilegal, el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado.
“Estos deben ser prioridad en nuestra agenda bilateral, ya que son una amenaza real que nos debe preocupar y mucho”, sostuvo el panameño.
El tránsito de migrantes irregulares por Panamá, muchos de ellos con destino a Estados Unidos, sigue siendo un tema delicado en la relación bilateral. Durante la primera presidencia de Trump, Panamá rechazó acoger temporalmente a migrantes mientras tramitaban visas para ingresar a Estados Unidos, una iniciativa que el republicano pretende reintroducir.
Mulino, sin embargo, reafirmó que la soberanía y los intereses nacionales no están en negociación.
“Somos un país abierto al diálogo, hoy y siempre, a las inversiones y a las buenas relaciones, pero con la clara consigna de que la patria está en primer lugar. Eso para este presidente panameño no es negociable”, concluyó.
Entretanto, el ex presidente panameño Martín Torrijos (2004-2009), consideró en un mensaje en Instagram que “cualquier intento” por quitar a Panamá el manejo del canal es “una ofensa”.
(Con información de EFE y AFP)