Un lobo marino en la icónica playa de Río de Janeiro llamó la atención este miércoles tanto de locales como de turistas, aunque no por las mismas razones que la famosa “Chica de Ipanema”.
El animal suele ser visto a lo largo de la costa de Brasil durante el invierno y la primavera, pero raramente se lo ve en esta época del año, unos días antes del inicio del verano del hemisferio sur, dijo Suelen Santiago, una bióloga que trabaja en la empresa que monitorea la playa. “Este año estamos teniendo situaciones atípicas”, advirtió.
Rodeada por cintas y banderas, el joven lobo marino macho se convirtió en la principal atracción en una de las playas más famosas del mundo. Entre los curiosos espectadores estaba Jordana Halpern, de 29 años. Nunca había visto un ejemplar así y corrió a la playa cuando escuchó que había sido avistado. “Es genial, pero es algo triste. Parece que no está muy bien”, dijo Halpern. Casi como si la oyera, el mamífero se movió con más energía, levantando la cabeza y emitiendo un sonido bajo. “¡Dios mío! ¡Se movió mucho!”, exclamó.
Suelen Santiago dijo que aún no se sabe por qué el animal terminó en Ipanema fuera de temporada, pero no estaba preocupada: “Solo está descansando. El animal es muy activo, así que solo está descansando y pronto volverá al mar”.
Según informaciones del Cuerpo de Bomberos local, efectivos del Grupo de Rescate Marítimo de Copacabana vigilaron al animal, que se hallaba ileso cuando llegó a la playa. Para protegerlo y evitar que los bañistas se acerquen demasiado, se delimitó y aisló la zona con cintas, mientras se aguardaba la llegada de los equipos de Rescate de Animales Marinos, encargados de garantizar su cuidado y bienestar.
El biólogo Salvatore Siciliano, investigador de la Fundación Oswaldo Cruz, contó al diario local O Dia que identificó al animal como un lobo marino de dos pelos -basándose en su coloración, así como en la forma de sus aletas, hocico y orejas- y explicó que esta especie -con colonias en Uruguay, Argentina, Chile y Perú- a veces se separa de su grupo al seguir corrientes marinas inusuales.
“Es un animal que no es tan común de ver en esta época del año en Río de Janeiro. Es más común a mediados de año, con las corrientes marinas antárticas. Este año se registró otro caso en Arpoador”, afirmó la bióloga Izar Aximof al portal G1. Y señaló que “es fundamental que los organismos públicos vigilen la situación y que la población mantenga las distancias”.
(Con información de AP)
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