El 14 de junio de 2020, día de cumpleaños de Donald Trump, el presidente Luis Lacalle Pou llamó al uruguayo Louis Rinaldi que ese día –y como casi todos los fines de semana– estaba jugando al golf con su amigo, el por entonces jefe de estado norteamericano.
Rinaldi –según la escena relatada por el semanario Búsqueda– le pasó con el presidente de los Estados Unidos y así tuvieron un primer acercamiento. Fue una llamada breve. Un gesto informal.
Lacalle Pou llevaba pocos meses en la Presidencia de Uruguay y el estadounidense estaba a pocos meses de perder las elecciones con el demócrata Joe Biden. Ahora es Lacalle Pou quien está en retirada –dejará el gobierno el 1° de marzo al frenteamplista Yamandú Orsi– y Trump quien está próximo a llegar a la Casa Blanca por segunda vez.
Rinaldi, el que había facilitado el contacto entre presidentes, ahora fue anunciado como embajador de Estados Unidos en Uruguay en la próxima administración republicana. “Lou, un empresario exitoso y amigo de toda la vida, aporta toda una vida de experiencia y una perspectiva única a este importante puesto. Lou es un gran golfista y estará en un país con unos campos de golf fantásticos”, afirmó en un comunicado su equipo de transición.
“Al haber crecido en Uruguay, posee un profundo conocimiento de la cultura y la historia del país. Su experiencia y sus antecedentes lo hacen excepcionalmente calificado para promover los intereses de los Estados Unidos y fortalecer la asociación de larga data” entre ambos países.
El vínculo entre Rinaldi y Uruguay se remonta a la niñez del futuro embajador, según contó él mismo en una entrevista con El Observador en 2019. Nació en Italia, en los años de posguerra, en 1954, pero la situación crítica de ese país llevó a que su familia se mudara a Uruguay, donde finalmente se crió. El futuro embajador se dice uruguayo y veraneó durante unos 20 años en Atlántida, un balneario del departamento de Canelones ubicado a 45 kilómetros de Montevideo.
Es simpatizante de Peñarol e incluso llegó a probar suerte en las divisiones juveniles del club carbonero. Y antes de volver a emigrar otra vez a Estados Unidos, se graduó en una escuela técnica de mecánico tornero. Esto, según contó, le dio la oportunidad de tener éxito en Nueva York como albañil, primero, y luego como empresario de la construcción.
En 1993 estrechó su mano por primera vez con Trump. La conexión con quien 23 años después se convertiría en presidente de Estados Unidos llegó por el golf, un deporte que Rinaldi comenzó a aprender a los 36 años en el Trump National Golf Club.
“Cuando me presentaron a Donald en el campo de golf le dije que le iba a dar la mano solamente porque cumplíamos años el mismo día, porque yo sabía que a él no le gustaba usar las manos para saludar durante los partidos de golf por razones de higiene”, recordó el futuro embajador.
Rinaldi dijo en esa entrevista de 2019 que el presidente electo de Estados Unidos estuvo con él en todos los momentos importantes de su vida.
El embajador de Uruguay en Estados Unidos, Andrés Durán, felicitó a Rinaldi en un posteo en la red social LinkedIn. “Es una gran persona y un empresario exitoso, con una historia de vida notable”, escribió. “Ama Estados Unidos y Uruguay, y no tengo dudas de que ayudará a fortalecer nuestra histórica y dinámica relación bilateral”, expresó.
Uruguay ha tenido históricamente un “muy buen relacionamiento” con Estados Unidos, según definió el canciller Omar Paganini. Ese país es el principal destino de exportación de servicios del país y un buen socio en cuanto a los bienes. El año cerrará por encima de los US$ 1.000 millones de exportaciones, una cifra superior a los US$ 700 millones de 2023.