Cuatro menores de edad de 15, 14 y 11 años fueron secuestrados en Guayaquil hace más de una semana por hombres vestidos de militares, según denunciaron sus familias. El hecho ocurrió en el sector Las Malvinas, al sur de la ciudad, cuando los adolescentes fueron interceptados mientras simulaban un operativo. Hasta la fecha, su paradero es desconocido.
Según Ecuavisa, que recogió los testimonios de los padres de los chicos, los secuestradores abandonaron inicialmente a los menores en la vía a Taura, parroquia rural del cantón Naranjal, a 45 kilómetros de distancia de donde fueron raptados. Sin embargo, tras el rescate fallido, sus captores los habrían capturado nuevamente.
La última vez que los menores fueron vistos fue cuando jugaban fútbol en las canchas de La Coviem. La desaparición involucra a los hermanos Josué e Ismael Arroyo, de 14 y 15 años, Saúl Arboleda, quien recientemente cumplió 15 años, y Steven Medina, de 11 años.
Uno de los padres relató a Ecuavisa el momento en que recibió una llamada anónima en la que un hombre le informó que sus hijos estaban vivos, pero bajo peligro: “Los militares nos cogieron de aquí, nos metieron palo, nos están acusando de un robo, nos dejaron botados. Por favor ven, sálvame”, contó el menor en un breve contacto telefónico.
Posteriormente, el hombre anónimo, que llamó al padre, insistió en que los familiares se movilizaran rápidamente. Tras recibir la alerta, los familiares denunciaron el hecho a las autoridades, lo que derivó en operativos sin éxito en la zona: “Entonces, yo lo llamo al señor que nos había llamado y le digo que mandé a unos familiares para ver a los bebés, y me dijo que por qué llamé a la Policía, que casi lo cojen preso y que la mafia se llevó a los pelados, contó el padre“, al medio ecuatoriano.
Las familias han recurrido a las redes sociales para buscar información sobre el paradero de los menores, pero han intentado extorsionarlos. Una madre relató a la televisora haber recibido mensajes solicitando dinero a cambio de información falsa: “Me dijeron que querían USD 2.000, que sabían dónde estaban mis hijos. Les pedí escuchar sus voces para comprobar si los tenían y no quisieron hacerlo”.
El secuestro de los menores en Guayaquil ocurre en medio de un contexto de creciente violencia y criminalidad en el país. De acuerdo con cifras oficiales, Ecuador registró más de 2.100 secuestros entre enero y septiembre de 2024.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe Violencia, niñez y crimen organizado, explica que la presencia de grupos delincuenciales “en las zonas o comunidades más pobres y excluidas suponen un riesgo para los adolescentes de estas áreas”. Los criminales aprovechan la vulnerabilidad y escasez de los habitantes de estos lugares para reclutar a los niños y adolescentes .
Los grupos criminales utilizan la intimidación y la violencia para obligar a los niños y adolescentes a unirse a sus filas. En muchas ocasiones, amenazan a sus familias. Una vez dentro, los adolescentes no pueden escapar.
Los estudios sobre la cooptación de menores para el crimen indican que en los casos más extremos, los grupos criminales secuestran directamente a niños y adolescentes, los aíslan de sus familias y los someten a entrenamientos violentos para convertirlos en ejecutores de delitos. Esta práctica, indican los expertos, es común en zonas donde hay una fuerte presencia de mafias relacionadas con el narcotráfico.