Maximiliano Dávila, el último director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) del Gobierno de Evo Morales (2006-2019), fue extraditado por Bolivia el jueves, desde donde partió hacia Estados Unidos para enfrentar los cargos por delitos de asociación delictuosa relacionada con narcotráfico y portación de armas.
Su salida del país generó una ola de reacciones cruzadas por las implicaciones políticas del caso. “Bolivia vuelve a ser una colonia de Estados Unidos. Los bolivianos son entregados al imperio norteamericano, violando los acuerdos internacionales, sin ser primero juzgados en su patria, donde supuestamente cometieron delitos”, escribió el ex presidente Morales en su cuenta de X.
Políticos de la oposición consideran que el jefe cocalero puede estar implicado en los delitos cometidos por Dávila y que está “preocupado” por las declaraciones que preste que en Estados Unidos. “¿Qué le preocupa a Evo Morales? Que lo impliquen”, manifestó la senadora de Comunidad Ciudadana, Andrea Barrientos en una rueda de prensa.
De igual forma, el ex presidente Jorge Quiroga le dio un mensaje a Morales a través de los medios: “Tus jefes antidroga, los que tenían que protegernos del narcotráfico, todos vendiendo droga”, le dijo y afirmó que el ex presidente “debe estar asustado”.
Los seguidores de Morales han negado vinculaciones con el ex coronel boliviano fuera del ámbito institucional durante su Gobierno. El diputado Héctor Arce manifestó que el líder cocalero está “absolutamente tranquilo” con la extradición de su ex jefe antidroga y que “jamás ha estado metido en esas cosas”. El legislador lanzó los dardos contra el Gobierno y dijo que Dávila puede “delatar” al ministro de Gobierno (Seguridad), Eduardo Del Castillo. “Ellos deberían estar preocupados”, dijo en conferencia de prensa.
El Tribunal Supremo de Justicia autorizó la extradición “inmediata” del ex coronel Dávila a finales de noviembre, luego de que se hiciera la solicitud a raíz de una investigación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que determinó que formaba parte de una red que exportaba cocaína refinada hacia ese país.
Su abogado, Manolo Rojas, reveló que antes de salir del país su defendido le entregó una carta que supuestamente tiene un contenido revelador que pone “nervioso” a algunos políticos en el país. “Me dijo que en su calidad de zar antidrogas por tantos años, tiene información contundente” precisó Rojas y adelantó que dará a conocer el contenido del documento cuando sea autorizado para hacerlo. “Hay personajes en la figura política que ya se han puesto nerviosos, que ya han tuiteado, inclusive antes de que ocurra lo de hoy (ayer jueves), pues por algo será”, señaló.
El operativo de extradición fue realizado la madrugada del jueves 12 de diciembre. A las 05:40, el ex coronel salió del penal de San Pedro, en La Paz, hacia al aeropuerto internacional de El Alto. Abordó un avión a las 07:00 con rumbo a Lima, donde estaba prevista una escala técnica antes de seguir a Estados Unidos.
Dávila fue el último jefe de la oficina antinarcóticos en la administración de Morales. Antes había ocupado otros cargos de como director nacional de Inteligencia y en la gestión de Luis Arce fue nombrado comandante departamental de Cochabamba.
Al igual que él, otros policías bolivianos fueron investigados por la DEA por su vinculación con redes internacionales de tráfico de drogas, como René Sanabria, Omar Rojas Echeverría, Óscar Nina y Gonzalo Medina.
Dávila fue detenido en Bolivia en 2022 en la localidad de Villazón (frontera con Argentina)por cargos de legitimación de ganancias ilícitas en su país. Desde entonces guardó detención en el cárcel de La Paz.