Los precios de la canasta familiar en Bolivia no han parado de subir en los últimos meses. Uno de los productos que recientemente sufrió un incremento es el aceite de soya refinado, que tuvo una suba de hasta el 60% para el consumidor final y empezó a escasear en los mercados.
El Gobierno sostiene que la variación en el precio se debe al agio y la especulación porque algunos intermediarios no estarían cumpliendo con los compromisos de entrega pactada y se encontraron depósitos de acopio ilegal de aceite y otros productos. En ese sentido, la semana pasada determinó suspender temporalmente las exportaciones de aceite refinado para garantizar el abastecimiento interno a precios justos.
El viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, aclaró que la medida afecta exclusivamente al aceite refinado de soya y no a otros productos derivados del grano como harina y otros. El Gobierno afirma que cuando el abastecimiento interno se regularice, y el precio en el mercado interno vuelva a la normalidad, las exportaciones se retomarán.
Sin embargo, la determinación ha provocado una serie de críticas porque se da en un momento en el que el país enfrenta una crisis económica marcada principalmente por escasez de dólares. Los empresarios aseguran que si esta medida no se revierte en el corto plazo, generará una mayor inflación y agravará la crisis en el país.
“La restricción del aceite es un gran error, en un momento en el que Bolivia está pasando por una crisis de balanza de pagos y necesita divisas”, manifestó en una entrevista radial de El Deber, el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Jean Pierre Antelo. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) fue más allá y advirtió en un comunicado que la suspensión puede desencadenar “la quiebra” de la industria y afectar a más de 14.000 productores de soya.
El aceite refinado de soya es uno de los principales productos de exportación en Bolivia. Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en 2023 se exportaron 118.1773 toneladas por un valor de más de 135 millones de dólares. El principal mercado es Perú, que concentra poco más de la mitad de la exportación total, seguido de Colombia y Chile.
Según datos oficiales del Gobierno, este año -entre enero y el 4 de diciembre- el país vendió al exterior 116.677 toneladas de aceite, lo que representa el 98,2% del volumen de la exportación del año pasado. “Por lo tanto, la afectación es básicamente nula”, manifestó el viceministro Lacoa.
Gary Rodríguez, director del IBCE, manifestó en entrevista con Infobae que los exportadores tienen compromisos de abastecimiento y contratos de provisión que cumplir, lo cual afecta también la imagen del país “como un oferente serio y responsable”.
“Nos están jugando sucio”
La semana pasada, en un acto público en El Alto (La Paz), una mujer increpó al presidente: “¡Hermano Arce, que baje pues el arroz y el aceite!, ¿por qué has hecho subir mucho?!”. A lo que el jefe de Estado le respondió que “los ‘cambitas’ (en referencia a los productores de Santa Cruz) nos están jugando sucio”.
La declaración provocó una ola de críticas en su contra, principalmente de los sectores industriales y empresariales de Santa Cruz, la principal región productiva del país. El gobernador suspendido Luis Fernando Camacho escribió en su cuenta de X: “”los alimentos suben por el desastre de tu Gobierno y por lo inepto que resultaste ser”.
En medio de las críticas, Arce explicó lo que dijo: “Quizás nos hemos expresado mal al decir algo así. Lo cierto es que nosotros lo que queríamos decir es justamente lo que está pasando, hay ese agio, ese ocultamiento” (sic), explicó en referencia a sus declaraciones y agregó que “está claro que nos están jugando sucio a todos y el pueblo boliviano no se merece esto”.
La tensión entre el Gobierno y la industria productiva del país no empezó con el veto a las exportaciones. Desde hace varias semanas que los productores se declararon en emergencia ante la escasez de diésel, un problema que el país viene arrastrando desde el año pasado pero que el ultimo mes se agudizó y alteró las labores productivas. Según los empresarios del sector, el próximo año puede haber desabastecimiento de algunos productos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y complicando aún más la situación económica del país.