La tensión diplomática entre Taiwán, China y Paraguay alcanzó un nuevo punto crítico tras la reciente visita al Congreso paraguayo de Xu Wei, ministro chino de Relaciones Exteriores para América Latina. En un comunicado, la embajada taiwanesa en Asunción denunció que Xu Wei, “infiltrado con propósito desconocido”, intentó socavar la histórica amistad entre la nación sudamericana y la isla asiática mediante la promoción de la política de “una sola China”.
El funcionario chino mantuvo reuniones con los legisladores paraguayos Éver Villalba y Billy Vaesken, en las que insistió en que Paraguay debía optar por establecer relaciones diplomáticas con Beijing, bajo la condición de romper los lazos con Taiwán. “Es con China o con Taiwán”, declaró Xu Wei, subrayando que no existe la posibilidad de que ambos países mantengan relaciones simultáneamente con Paraguay.
La embajada taiwanesa respondió enérgicamente a estas declaraciones con un comunicado, donde afirmó que “la República de China (Taiwán) es un país independiente y soberano”. El texto también remarcó que “el régimen comunista chino no ha representado, y jamás representará a Taiwán”.
Paraguay es el único país sudamericano que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, un vínculo que ha perdurado por más de seis décadas. No obstante, el peso económico y político de China ha incrementado las presiones sobre el gobierno de Santiago Peña. La administración paraguaya ha expresado interés en explorar acuerdos comerciales con Beijing a través del Mercosur, aunque ha insistido en que esto no implicará un quiebre de vínculos con Taiwán.
Sin embargo, la reciente visita de Xu Wei y su mensaje categórico reflejan la dura estrategia de China para debilitar el apoyo diplomático a Taiwán, particularmente en América Latina. Beijing considera a Taiwán como una provincia rebelde y ha intensificado sus esfuerzos para aislarla internacionalmente, utilizando incentivos económicos y diplomáticos como herramientas de persuasión.
La influencia creciente de China en la región y sus acercamientos a legisladores paraguayos también ponen en evidencia la complejidad del vínculo entre los distintos gobiernos. Legisladores como Villalba y Vaesken no han hecho comentarios públicos sobre esa reunión con Xu Wei, pero la discusión sobre la política exterior paraguaya está generando divisiones en el Congreso. Mientras algunos defienden la permanencia de los lazos con Taiwán, otros consideran necesario priorizar las relaciones comerciales con China.
El pasado 29 de noviembre, en una visita a la isla, el ministro de Asuntos Exteriores de Paraguay afirmó que su país está comprometido con su relación con Taiwán y no tiene planes de romper su relación diplomática en favor de China.
“Paraguay está abierto a establecer relaciones diplomáticas, consulares o comerciales con China sin condiciones”, dijo el canciller paraguayo Rubén Darío Ramírez Lezcano. Pero “no aceptamos ninguna condición para romper nuestras relaciones con Taiwán”, advirtió. El ministro se reunió con el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, quien le dio la bienvenida y dijo que su visita era una “demostración de la firme amistad” que les une.
El presidente paraguayo Santiago Peña ha dicho en repetidas ocasiones que se mantendrá firme con Taiwán, rompiendo una tendencia en la región. Los aliados diplomáticos de Taiwán han disminuido a medida que China ha emprendido una campaña de caza furtiva. El año pasado, Honduras cortó sus lazos diplomáticos con Taiwán.
Beijing basa sus relaciones externas en el principio de “una sola China”, que no admite el reconocimiento de la autonomía de Taiwán.
China y Taiwán tienen gobiernos separados desde que las tropas comunistas vencieron en 1949 a los nacionalistas del Kuomintang y estos huyeron a esta isla, ahora convertida en una democracia. Aunque el Partido Comunista nunca ha gobernado Taiwán, Beijing reivindica su soberanía sobre el territorio y no descarta usar la fuerza para tomar su control.
(Con información de AFP y AP)