Un nuevo enfrentamiento en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más peligrosa de Ecuador, dejó este martes un saldo de once heridos y once detenidos tras la detonación de tres granadas en su interior.
Entre los lesionados se encuentran nueve reclusos, un militar y un guardia penitenciario, según informó Pablo Dávila, jefe de la Policía Nacional para la Zona 8, que abarca Guayaquil y su área metropolitana.
Las víctimas fueron trasladadas a un hospital cercano para recibir atención médica, informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI). Mientras tanto, las autoridades evacuaron al personal de la prisión bajo estrictos controles de seguridad.
El SNAI confirmó que el incidente, ocurrido alrededor de las 14:30 hora local (19:30 GMT), fue provocado por dos reclusos.
Siete presos y dos guardias penitenciarios fueron detenidos como presuntos responsables de introducir y detonar los artefactos explosivos, en un hecho que activó los protocolos de respuesta de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para restablecer el orden en el recinto.
Con 6.000 presos en su interior, la Penitenciaría del Litoral es la más grande del complejo carcelario de Guayaquil, que alberga a unos 12.000 presos en total.
Este recinto fue escenario de numerosas masacres carcelarias atribuidas a enfrentamientos entre bandas criminales rivales, que buscan controlar el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas desde el interior de las cárceles.
Entre 2021 y 2023, más de 500 reclusos fueron asesinados en las prisiones de Ecuador, lo que refleja la profunda crisis de seguridad en el sistema penitenciario del país.
El episodio más reciente ocurrió el pasado 12 de noviembre en la misma Penitenciaría, donde 17 presos murieron y 15 resultaron heridos. En otro incidente similar este año, 31 presos fueron asesinados en tres días de enfrentamientos dentro del mismo recinto.
Desde enero de 2023, las cárceles de Ecuador están bajo control de los militares, en el marco de la política del presidente Daniel Noboa, quien declaró un conflicto armado interno contra grupos criminales.
Noboa calificó a estas organizaciones como “terroristas” y las responsabilizó de la ola de masacres en el sistema penitenciario. A pesar de estas medidas, los episodios de violencia persisten, subrayando la complejidad de la crisis carcelaria y el poder de las bandas criminales que operan desde las prisiones.
La violencia dentro de las cárceles es reflejo de una crisis de inseguridad más amplia que enfrenta Ecuador. En 2023, el país alcanzó una tasa de homicidios de 47,2 por cada 100.000 habitantes, la más alta de América Latina, según datos oficiales.
Este índice es ocho veces mayor que el registrado en 2016, lo que se atribuye al auge del crimen organizado, dedicado principalmente al narcotráfico, las extorsiones y la minería ilegal.
El gobierno de Noboa enfrenta el desafío de recuperar el control no solo en los centros penitenciarios, sino también en las calles de Ecuador, donde la violencia alcanzó niveles alarmantes, generando preocupación a nivel regional e internacional.
(Con información de EFE)