La primera movida internacional del presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, es encontrarse con el mandatario de Brasil, Lula da Silva, este viernes. Más allá de los dos temas que lleva para resolver, su primer viaje al exterior tras el balotaje del domingo es toda una señal política que generó cuestionamientos de parte del gobierno saliente y de expertos en relaciones internacionales, por considerar al gigante sudamericano la China de la región.
Orsi anunció su viaje a Brasil el miércoles en una conferencia de prensa en la Torre Ejecutiva (la casa de gobierno) después de reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou para iniciar la transición. En sus declaraciones, Orsi dijo que pretende avanzar en la licitación para construir un puente en Yaguarón (una ciudad limítrofe entre los dos países) y que se concrete el dragado del canal San Gonzalo, que une la laguna uruguaya Merín y la de los Patos.
“Brasil es nuestra China”, sintetizó el asesor de Orsi en asuntos internacionales Álvaro Padrón, en declaraciones a Búsqueda. Una de las prioridades en materia de relaciones exteriores es darle prioridad a este vínculo. ”Vamos a reformular la idea del ‘estribo’ para pensar en cómo ‘acompañar’ el liderazgo de Brasil. De eso se trata este primer encuentro; sentar las bases para un nuevo período del necesario vínculo estratégico”, sostuvo el asesor.
Al ser consultado por estas declaraciones, el canciller uruguayo Omar Paganini señaló que Brasil es para Uruguay un “socio comercial muy importante”, pero consideró que el crecimiento del comercio exterior debe ser hacia Asia y, en cuanto a servicios, hacia Estados Unidos. “Esa era nuestra alineación. Por eso nosotros entendemos que tenemos que buscar todas las oportunidades, sobre todo en el lado del Pacífico”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, entrevistado en el programa Las cosas en su sitio de Radio Sarandí.
“Cada gobierno organiza su estrategia como mejor le parece. Con Brasil creemos que hay que tener excelentes relaciones. Todos los temas de infraestructura y conectividad son muy importantes –como los puentes, la hidrovía–. Pero el crecimiento del comercio y las inversiones probablemente vengan por otro lado”, concluyó el canciller.
En la Cancillería consideran que esta primera señal del gobierno electo es un aparente “alineamiento total” de la política exterior de Orsi con Brasil, que no permitirá abrir demasiadas perspectivas, según informó este viernes El País. En este ministerio señalan que estas señales no son las más alentadoras.
Ignacio Bartesaghi, experto en relaciones internacionales, también cuestionó este primer posicionamiento del gobierno electo. “Un error conceptual y diplomático de dimensión. Brasil no es China para Uruguay, la desorientación es total. Pero claro, después no asumen lo obvio que es que vamos hacia un alineamiento automático con Lula”, escribió en la red social X.
El economista Aldo Lema coincidió. “Más allá de afinidades ideológicas, más allá que se estime así, es efectivamente un gran error para Uruguay explicitar ‘Brasil es nuestra China’”, señaló.
Lema también criticó que fue un “gran error y un eventual daño para los intereses de Uruguay jugarse en plena campaña electoral argentina contra (Javier) Milei”, escribió.
Este jueves, Orsi se reunió con el embajador de China en Uruguay, Huang Yazhong, quien le hizo llegar una carta del presidente Xi Jingping. En una rueda de prensa, el presidente electo dijo que la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China “está muy lejos”.
“El mundo hoy está en otra cosa. Lo que sí es claro es que todos los avances que impliquen algo similar a un TLC involucra o debe involucrar a la región. En principio hay una relación bilateral que hay que fortalecer y siempre manejarse con ese doble juego: trabajar bien en la región y pudiendo salir a la búsqueda de otros acuerdos con otros países potentes”, sostuvo.