La plataforma opositora Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) presentó este jueves un habeas corpus ante la Justicia de la isla para exigir la liberación inmediata de José Daniel Ferrer por haberse cumplido, ya, su condena.
La organización publicó un comunicado en el que informó de esta acción, que responde a que el pasado 13 de agosto expiró la condena que había sido impuesta sobre el disidente, de cuatro años y seis meses, y, por tanto, se encuentra bajo una “ilegal privación de su libertad” desde hace 105 días.
Esta demanda “no es solo moral, humanitaria y en consonancia con los Derechos Humanos”, sino que también es “fundamentalmente técnica”, se lee en el escrito. En el texto, Manuel Cuesta Morúa, quien encabezó la presentación del recurso ante la sala de lo penal del Tribunal Supremo Popular de la sala, explicó que los magistrados tomaron “el 26 de febrero de 2021 como la fecha en que Ferrer comenzó a cumplir la condena, sin abonar los efectos del cumplimiento de la misma durante todo el tiempo que permaneció sujeto a la medida cautelar de prisión provisional”.
Para ello, se remonta hasta el 1 de octubre de 2019, durante una de las últimas detenciones del opositor, y denuncia, a su vez, que entonces la Policía actuó “sin cumplir las formalidades legales”, como “mostrar al menos una orden de arresto”, por lo que ya desde ese momento “la garantía procesal prevista en el artículo 241 de la Ley de Procedimiento Penal” está quebrantada.
Basándose en todo esto, y fundamentalmente con la evidencia de las fechas, el CTDC citó a la legislación antes mencionada, que establece que “toda persona que se encuentre privada de libertad, fuera de los casos o sin las formalidades y garantías que prevé (la Constitución), debe ser puesta en libertad a petición suya o de cualquier persona a su nombre mediante un sumarísimo procedimiento de habeas corpus ante los tribunales competentes”.
La ley cubana exige que este tipo de recursos sean resueltos de manera rápida por medio de, en primera instancia, una audiencia en la que se decida si se hace o no lugar a la medida, aunque no señala en qué lapso debe ocurrir.
Mientras esto se resuelve, Ferrer pasa sus días recluido en condiciones inhumanas y sometido a maltratos, como denunciaron durante años varias ONG.
Sin ir más lejos, la última semana Amnistía Internacional, Cubalex y Prisoners Defenders, entre otras, señalaron que Ferrer había recibido una “brutal golpiza” por parte de los oficiales penitenciarios, que le requirieron asistencia médica. Sin embargo, no pudo ser atendido apropiadamente en la enfermería de la cárcel de Mar Verde, donde cumple su condena, por lo que debió ser trasladado a la de Boniato, donde hay un mejor centro médico.
Su hermana, Ana Belkis Ferrer, señaló el fin de semana que el disidente llevaba tres días ingresado en la Sala A del lugar y que, aunque no se conocen muchos detalles de su estado ni se le permitió verlo, sabe que está “muy delgado, brutalmente golpeado y con una herida en el rostro”.
En ese sentido, Morúa denunció que “la última golpiza sufrida recientemente por el disidente es una señal peligrosa de hasta dónde puede llegar la conducta inhumana en las prisiones de Cuba y una oportunidad para la reflexión tanto de todo el sistema carcelario cubano -las y los presos cubanos son seres humanos con dignidad intrínseca- como el sistema jurídico”.
(Con información de EFE y Europa Press)