El régimen cubano de Miguel Díaz-Canel pidió esta semana a empresas estatales, privadas y entidades extranjeras que generen más electricidad propia a partir de fuentes renovables y limiten el uso de acondicionadores de aire, mientras el país atraviesa su peor crisis energética en décadas.
Las nuevas regulaciones instan a los principales consumidores de energía a instalar en los próximos tres años fuentes de energía renovable capaces de producir al menos el 50% de la electricidad que consumen durante varias horas del día.
“Significa que en todas las entidades, tanto privadas como estatales (...) se deben tomar todas las medidas que le permitan disminuir el consumo de la demanda de electricidad”, dijo el jueves en la televisión local Leisy Hernández, directora de la oficina de control y uso de la energía en Cuba.
Las medidas cada vez más restrictivas se producen mientras la red eléctrica de Cuba está al borde del colapso, con múltiples apagones en octubre y noviembre que dejaron a millones de personas a oscuras durante días.
Los apagones continúan en todo el país mientras Cuba trata de obtener combustible y las piezas de repuesto que necesita para generar suficiente electricidad y satisfacer la demanda.
Las autoridades en La Habana culpan a las sanciones estadounidenses y a una aguda crisis económica de la situación cada vez más tensa.
Bajo o nulo crecimiento del PBI
Por otra parte, el régimen cubano pronostica bajo o nulo crecimiento de su economía para este año, después de dos potentes huracanes y dos temblores que sacudieron a la isla en menos de tres semanas, sumados a dos colosales apagones que dejaron al país casi paralizado por días.
“No debe crecer la economía”, dijo en conferencia el ministro de la cartera, Joaquín Alonso, al hacer un balance de las contingencias que la isla atravesó entre octubre y noviembre.
El país ha “tenido un mes de bajos niveles de producción, no solamente por los eventos climatológicos, sino también por los eventos energéticos”, señaló.
En 2023 el PBI de Cuba sufrió una contracción de 1,9% arrastrado por bajos niveles de producción, escasez de divisas y poco acceso a créditos.
Alonso señaló que el gobierno no tiene “una varita mágica” para adelantar el resultado del PBI, pero dijo que la Cepal prevé un aumento de 0,4% en el año.
“No hay que hacer muchos estudios” para saber que “el desarrollo económico de un país depende también, en gran medida, de la energía. Y nosotros hemos tenido afectaciones eléctricas durante todo el año”, indicó el ministro.
El pasado 18 de octubre se registró un apagón total que dejó en tinieblas a casi todos los 10 millones de cubanos al menos por cuatro días. En medio de esa contingencia golpeó el huracán Oscar en el este de la isla, dejando ocho muertos y dos desaparecidos.
La vida de los cubanos no había vuelto a la normalidad cuando los vientos del ciclón Rafael derrumbaron el 6 de noviembre nuevamente el sistema eléctrico, poco antes de golpear por la parte occidental de la isla. Como colofón cuatro días después, dos terremotos seguidos, el más potente de magnitud 6,8, remecieron la tierra en el sureste.
Desde el primer corte general de luz, las autoridades habían declarado al país en “emergencia energética”, por fallas en sus desgastadas termoeléctricas y falta de combustible.
Las actividades esenciales del país fueron suspendidas, el transporte paró casi totalmente. Muchos hogares se quedaron sin gas y agua, mientras que la red telefónica y el servicio de internet se vieron afectados. El 10% de los cultivos se perdieron por las lluvias y los vientos que Oscar y Rafael trajeron.
(Con información de AFP y Reuters)