El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, envió la propuesta a la Asamblea Nacional una reforma que busca eliminar el financiamiento estatal a los partidos y movimientos políticos. La medida, según lo expuesto en el decreto, tiene como objetivo principal garantizar un uso más eficiente y transparente de los recursos públicos, para optimizar el gasto fiscal.
La iniciativa representa un giro significativo en el modelo de financiamiento político en Ecuador, donde históricamente los partidos han recibido aportes del presupuesto estatal para actividades de fortalecimiento institucional y para difundir sus propagandas en los medios de comunicación. Este financiamiento ha sido criticado en diversas ocasiones por su efectividad y la falta de transparencia en el uso de los recursos, considerando la debilidad de los partidos políticos en el país. Incluso algunos movimientos han sido categorizados por la opinión pública como “partidos de alquiler” pues solo cuentan con el registro oficial pero no hay militancia o estructura que los sostenga.
El decreto señala que la eliminación del financiamiento estatal es una medida para priorizar inversiones en áreas críticas como la educación, la salud y la seguridad. Según el Ejecutivo, en un contexto económico desafiante, resulta inaceptable destinar millones de dólares a partidos políticos cuando existen necesidades urgentes que afectan directamente a la población.
La propuesta para eliminar el financiamiento estatal a los partidos políticos marca un punto de inflexión en la relación entre el Estado y las organizaciones políticas en Ecuador. El gobierno subraya que los partidos políticos deberán buscar financiamiento alternativo mediante aportes de sus militantes, donaciones privadas o actividades que no dependan del erario público. Este cambio, argumenta el Ejecutivo, fomentará una mayor responsabilidad de los partidos hacia sus bases y reducirá su dependencia del Estado, promoviendo un sistema político más autónomo y sostenible.
La propuesta ahora está en manos de la Asamblea Nacional, donde se anticipa un intenso debate. Algunos legisladores han señalado que eliminar el financiamiento público podría debilitar a los partidos más pequeños o nuevos, mientras que los grandes movimientos, con acceso a redes de donantes privados, podrían consolidar aún más su dominio en el panorama político.
El impacto sobre la equidad electoral es otro punto que podría generar controversia. Expertos han advertido que sin financiamiento estatal, las campañas podrían depender más de contribuciones privadas, lo que podría dar lugar a posibles influencias indebidas por parte de grupos económicos o intereses particulares.
Un sector del debate en Ecuador sostiene que la eliminación del financiamiento estatal podría dificultar la supervisión y control de las fuentes de ingreso de los partidos, abriendo la puerta a riesgos como el ingreso de fondos de origen ilícito, como el narcotráfico o el crimen organizado. A esto se suma la inquietud sobre el posible debilitamiento de la democracia participativa. Analistas políticos sugieren que partidos pequeños, que representan a sectores marginados o regiones específicas, podrían enfrentar mayores dificultades para competir en igualdad de condiciones, debilitando la pluralidad en el sistema político ecuatoriano.
En la opinión pública también se han expresado preocupaciones respecto a la transparencia en el financiamiento privado y la fiscalización de los recursos que manejarían los partidos en caso de aprobarse esta medida, pese a que, en el ámbito internacional, la eliminación del financiamiento público no es un fenómeno aislado. Hay países como Estados Unidos y el Reino Unido que tienen sistemas políticos donde los partidos dependen en gran medida de contribuciones privadas.
La reforma planteada por el presidente se analizará a un mes de que inicie la campaña para las elecciones generales del 2025, en donde Noboa tratará de elegirse para un periodo completo de cuatro años. La boleta electoral tiene más de una docena de candidatos. Según un reciente estudio de opinión de Comunicaliza, hasta mediados de noviembre existía un empate técnico entre el actual mandatario y la candidata del correísmo, Luisa González, con quien Noboa disputó el balotaje en el 2023.