Cuando vivía en Canadá, el empresario uruguayo Gonzalo Aguiar supo mostrarle a inversores de ese país sus dotes de emprendedor. Les habló –y los convenció– de que Uruguay sería el lugar ideal para desarrollar un proyecto comercial relacionado a una planta de cannabis. Les contó que podían tener beneficios impositivos si se dedicaban a invertir y se puso a la orden para dirigir la empresa de cannabis.
La planta se inauguró en 2020 en el departamento de Salto y, si bien al comienzo todo parecía un éxito, Aguiar comenzó a mentirle a los inversionistas mientras llevaba una vida de lujo. En realidad, era todo una estafa. La instalación de una de las industrias del rubro más grandes de la región había ilusionado al gobierno, pero la actividad disminuyó y los trabajadores fueron despedidos por WhatsApp.
Y luego la historia tuvo un giro inesperado. Aguiar, el hombre que se había ganado la confianza de los canadienses, se compró una de las mansiones más grandes de Punta del Este. Y allí mismo fue asesinado a balazos por su ex pareja.
Y mientras avanzan varias causas judiciales, tanto por el asesinato del empresario como por presuntas estafas a inversores canadienses, la empresa Boreal puso a la venta la planta de cannabis medicional con el objetivo de saldar las deudas generadas a partir de la maniobra que derivó en el cierre de las firmas. Después de varios intentos, este martes se concretó el remate de la planta de cáñamo, según informó el noticiero Telenoche de Canal 4.
La industria fue adquirida en una base de USD 1 millón, después de fracasar durante tres intentos. En este proceso se incluyeron 20 toneladas de cáñamo que todavía estaban almacenadas, así como también todo el mobiliario, la maquinaria y las herramientas de la instalación.
Las 20 toneladas son cannabis procesado y secado y sin el componente psicoactivo (THC), que se encuentra almacenado en la industria desde que cerró. De esas 20 toneladas, hay cinco que tienen destino medicinal mientras que el resto son para uso industrial. Después del cierre de la planta, se vendieron seis toneladas que estaban almacenadas. Las ganancias que se obtuvieron en esa transacción se utilizaron para financiar las condiciones de refrigeración y mantenimiento de las otras 20 que estaban guardadas. Ese dinero en octubre ya se había agotado.
Ahora la atención está puesta en un nuevo remate relacionado a Aguiar: el de su auto Lamborghini, que quedó estacionado en la puerta de su casa el día de su crimen. Es un vehículo convertible, modelo Huracán Spyder de 2021. Tiene un motor V10 de 500 caballos de fuerza y supera los 300 kilómetros por hora de velocidad. Tiene apenas 25.000 kilómetros de recorrido. Varias personas extranjeras expresaron su interés por comprarlo, consignó el medio uruguayo.
Hay un solo auto similar en Uruguay, pero no está en circulación. Los otros modelos en general se ven en Punta del Este, pero tiene matrícula extranjera.
El valor del vehículo cero kilómetro es de cerca de USD 1 millón, pero en la automotora que llevará a cabo la puja consideran que es difícil fijar un precio. “Entendemos que va a andar entre los USD 200.000 y US$ 300.000 como mínimo”, aseguró Pablo Tieri, de la automotora encargada de la puja.
El remate será presencial y comenzará a la hora 14 del 6 de diciembre. “Hay expectativa. No sé qué tanta gente puede venir, pero la vez pasada, cuando se suspendió, había 15 personas interesadas, firmes”, dijo el rematador Elbio Araújo.
Este auto, incautado tras el asesinado, había sido reclamado por la ex esposa de Aguiar, una mujer de El Salvador pero residente canadiense. El motivo de la incautación del vehículo no tiene que ver con el homicidio de Aguiar sino por una infracción aduanera. El auto estaba matriculado en Toronto y Aguiar lo trajo consigo cuando se mudó en 2019. Nunca hizo los trámites de importación, pero tampoco lo ha sacado del país.