El accidente de una avioneta ocurrido este lunes en una montaña del centro de Costa Rica dejó como saldo cinco muertos y un herido en estado crítico, informó la Cruz Roja local.
La aeronave Cessna 206 Stationer se estrelló en una zona montañosa de la provincia de San José, conocida como Pico Blanco, entre las localidades de Escazú y Santa Ana, cuando perdió comunicación y desapareció del radar alrededor de las 12:30 hora local (18:30 GMT).
Los cuerpos de rescate, que enfrentaron condiciones climáticas adversas, como lluvia y fuertes vientos, llegaron a los restos de la aeronave a las 21:00 hora local (03:00 GMT del martes).
En el lugar, encontraron cinco personas sin signos vitales y a una mujer de 31 años con vida, pero en condición crítica. La Cruz Roja detalló que la sobreviviente, identificada como Paola Amador Segura, fue trasladada a un hospital en estado grave.
“Está en el puro pico de la montaña. Por 50 pies no la brincó”, con esas palabras, un piloto alertó a la torre de control de que la avioneta desaparecida había sido localizada. En un audio compartido por las autoridades, se describe que la aeronave está envuelta en “neblina muy espesa” y que “apenas se ve la mancha roja ahí metida entre la selva”.
“El avión está bastante entero, lo que pude ver la cola está entera (…) Ojalá que puedan ingresar lo más pronto posible. No se ve despedazado, se ve entero, no hay fuego”, dijo el piloto Everardo Carmona, de la compañía Green Airways, quien realizó el vuelo que permitió divisar el sitio del accidente.
Las autoridades de la Dirección General de Aviación Civil identificaron a las víctimas fatales como Mario Miranda, piloto de 40 años; Ruth Mora, de 27 años; Jean Franco Segura, de 28 años; Gabriela Calleja, de 64 años; y Enrique Castillo, de 56 años. Todos los ocupantes de la aeronave eran costarricenses y se dedicaban a trabajos relacionados con empresas turísticas, según informaron medios locales.
Dos de los ocupantes murieron dentro de la aeronave, estando prensados entre el fuselaje, mientras que los otros tres cuerpos fueron encontrados fuera del aparato.
Durante la operación de rescate, se descubrió que no se había activado el transmisor localizador de emergencia (ELT, por sus siglas en inglés), lo que dificultó la localización inicial de la aeronave.
El ELT está diseñado para emitir una señal de radio en las frecuencias 121.5 MHz y 406 MHz cuando se activa tras un impacto, lo que normalmente permite la localización rápida de la aeronave. Sin embargo, el dispositivo no se activó debido a la magnitud del impacto, lo que retrasó la búsqueda.
El subdirector de Aviación Civil, Luis Miranda, explicó que la falta de señal del ELT complicó los primeros minutos de la operación de búsqueda. Este transmisor emite señales que son captadas por otros aviones en la misma frecuencia o por satélites de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, que completan su órbita cada 100 minutos.
El accidente ocurrió mientras el avión se dirigía hacia el aeropuerto Juan Santamaría, en las afueras de San José, procedente de Tortuguero, en la provincia de Limón, en la costa Caribe del país.
Debido al mal tiempo, la aeronave debía aterrizar en el aeropuerto Tobías Bolaños, pero se desvió hacia el Juan Santamaría.
Un vuelo de reconocimiento realizado por Vigilancia Aérea del Ministerio de Seguridad no logró localizar la aeronave, pero un avión particular divisó el fuselaje rojo de la avioneta en la cima de Pico Blanco.
Las autoridades de aviación civil investigan las causas del accidente, mientras los equipos de rescate continúan trabajando en la zona para recuperar los cuerpos y atender a la sobreviviente.
(Con información de EFE)