Mercado negro de combustible en Bolivia: aumentan los vendedores de diésel y gasolina en carreteras y redes sociales

Después de varias semanas en las que se agudizó el desabastecimiento, en redes sociales se ofrece combustible por casi el doble del precio oficial y se lleva a domicilio. En el área rural conductores compran en bidones a un precio casi cinco veces mayor

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Un camión cargado con bidones y turriles de gasolina en Bolivia.
Foto: Facebook
Un camión cargado con bidones y turriles de gasolina en Bolivia. Foto: Facebook

La agudización de la escasez de combustible en Bolivia ha dado surgimiento a un mercado paralelo de diésel y gasolina que se comercializa a través de redes sociales, a casi el doble del precio oficial. Según publicaciones encontradas en Facebook, ambos carburantes se ofrecen en bidones de 20 litros a cinco bolivianos por litro, cuando su precio oficial es 3,72 (gasolina) y 3,74 (diésel) por litro, equivalentes 0,53 centavos de dólar. En estas publicaciones se observa que se vende en bidones de 20 litros y turriles de 200, e incluso se ofrece llevar a domicilio.

En las carreteras del área rural el precio es aún mayor. Según el testimonio de Manuel Arias, una persona que realizó un viaje de trabajo de Santa Cruz (este) a Oruro (oeste), en un vehículo privado, el 8 de noviembre y retornó diez días después, el litro de carburante en bidón oscila entre 15 y 18 bolivianos, casi cinco veces su valor. Los conductores que van por carretera muchas veces no tienen otra opción, ante la imposibilidad de cargar en estaciones de servicio.

“A la ida tuvimos que cargar 30 litros a 15 bolivianos el litro, al volver estaba más caro pagamos 16 bolivianos por litro”, explica. “Los vendedores están sobre la carretera, a veces junto a un puesto de empanadas o de fruta y ponen su letrero de que hay gasolina”, relata. Los bidones, según su testimonio, están en maleteras o camiones, tapados como una manta y “se encuentra en todo el camino”.

En redes sociales de Bolivia se ofrece diésel y gasolina por bidones a un precio que casi duplica el oficial.
Foto: Facebook
En redes sociales de Bolivia se ofrece diésel y gasolina por bidones a un precio que casi duplica el oficial. Foto: Facebook

En Bolivia está prohibida la reventa de combustible y es considerada una infracción grave. Sin embargo, existen regulaciones para empresas o industrias que necesitan almacenar combustible para actividades específicas, quienes deben solicitar permisos especiales a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), encargada de realizar controlares para evitar el acopio, transporte, comercialización y compra ilícita de combustibles. Infobae intentó comunicarse con la ANH para consultar sobre este tema, pero no se obtuvo respuesta hasta la publicación de la nota.

El diésel y la gasolina son productos subvencionados y su precio es significativamente menor al precio internacional. Para varios analistas económicos, este es uno de los motivos de fondo del desabastecimiento ya que representa uno de los mayores gastos públicos (en 2023 se destinaron 2000 millones de dólares) y el país enfrenta una crisis económica que limita sus transacciones en dólares. Por otro lado, se han creado redes de venta ilegal en las fronteras que representan una pérdida de 600 millones de dólares al año, según datos del Gobierno. A este escenario se suma la baja producción local.

Desde hace varios meses que Bolivia enfrenta periodos de escasez de combustible, un problema que se ha agravado en el último mes. El Gobierno sostiene que los bloqueos realizados entre el 14 de octubre y el 6 de noviembre por seguidores de Evo Morales ha afectado la logística de distribución de cisternas, lo que ha provocado filas de vehículos de una longitud nunca antes vista en Bolivia.

Vehículos hacen fila para cargar combustible el 20 de octubre de 2024 (Photo by RODRIGO URZAGASTI / AFP)
Vehículos hacen fila para cargar combustible el 20 de octubre de 2024 (Photo by RODRIGO URZAGASTI / AFP)

Sin embargo, tras el levantamiento de los bloqueos la escasez persiste. Si bien el aumento del suministro de gasolina es evidente, la provisión de diésel aún es insuficiente y golpea con mayor fuerza a los sectores productivos y de transporte. Para paliar la crisis en lo inmediato, el Gobierno ha aprobado una ley que permite la importación y comercialización privada de combustible durante un año, lo que supone un giro en su política estatista en materia de hidrocarburos.

La subvención, sin embargo, se mantendrá. El presidente Luis Arce justificó la escasez de las últimas semanas, pidió “paciencia” y prometió que en un plazo de diez días el asunto estaría resuelto. Ese plazo se cumple mañana.

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