Después de haberse quedado sin partido político, Evo Morales y sus seguidores se reúnen este viernes para definir su futuro. En el último mes, dos sentencias constitucionales sellaron lo que algunos analistas consideran la “derrota” del líder cocalero en la política partidaria al menos por los próximos cinco años: le negaron la posibilidad de volver a ser candidato y validaron la elección de un aliado de Luis Arce como jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS).
La reunión se realiza desde las 08:00 (hora local) en la localidad de Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba, bastión político y sindical de Morales. Al encuentro fueron convocadas las organizaciones sociales afines al ex presidente, funcionarios electos del partido y ex autoridades.
“El Gobierno de Lucho (Luis Arce) y David (Choquehuanca) intenta proscribir al movimiento político más grande de la historia, que fue creado por la Bolivia profunda”, señala parte de la convocatoria en la que acusa a la administración de Arce de promover una “guerra jurídica” para eliminarlo del escenario político. “Hasta intentaron acabar con mi vida, como no lo lograron, nos quitan la sigla del MAS”, señala el documento firmado por Morales como “presidente nacional” del partido.
Desde que se emitieron las dos sentencias que lo alejan cada vez más del poder, el líder cocalero busca la “unidad” de sus aliados. En su primera aparición pública, el 17 de noviembre, se lo vio rodeado de senadores y dirigentes campesinos. “Somos conscientes de los intentos de fragmentar al movimiento campesino indígena y popular, pero, desde el Trópico de Cochabamba, buscamos constituirnos en ejemplo de unidad y resistencia”, escribió Morales en sus redes sociales.
Según los expertos, el ex presidente tiene la base social más grande del país. El analista político Saavedra, sostiene que puede rondar entre el 15% y el 20% del electoral. Sin embargo, subraya que a la vez es el líder político que más rechazo genera y que su poder de irradiación fuera del territorio cocalero está menguado.
Disputa por el MAS
La elección de la dirigencia del partido más numeroso del país fue uno de los ejes de tensión entre Arce y Morales, un tema que no pudo dirimirse por mecanismos internos y que terminó resolviendo la Justicia, a través de una controversial sentencia firmada por magistrados cuya legitimidad está en entredicho.
El 14 de noviembre, una sala del Tribunal Constitucional de Bolivia (TCP) reconoció a Grover García como jefe del partido, un dirigente que había sido proclamado por la facción arcista del partido en un acto que observado por el incumplimiento de los requisitos establecidos.
Lo mismo ocurrió con otro congreso, realizado por los seguidores del líder cocalero en la región de Lauca Ñ, en el que se ratificó a Morales como jefe del partido pero también se incumplió con algunos requisitos formales. En ese sentido, el TSE no reconoció la validez de ningún congreso y fue el TCP quien impuso al dirigente del arcismo.
Tras conocerse esta sentencia, Morales presentó un memorial ante el TSE para pedir que no la acate. Sin embargo, el vocal del TSE Gustavo Ávila, adelantó en una entrevista con Infobae que las disposiciones del TCP son de cumplimiento obligatorio y tienen carácter vinculante, por lo que no hay vuelta atrás.
El líder cocalero enfrenta además una serie de procesos legales que su entorno considera una campaña de lawfare para eliminarlo del escenario político mediante la manipulación de la justicia. En la última semana, fueron apresados dos dirigentes sociales de su entorno, a quienes es acusa de terrorismo y alzamiento armado por los bloqueos contra el Gobierno realizados entre el 14 de octubre y el 6 de noviembre.