El ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), enviará el próximo lunes el informe final de la investigación sobre el presunto complot golpista a la Fiscalía General de la República (PGR). La investigación involucra al ex presidente Jair Bolsonaro y otras 36 personas, según confirmó la Policía Federal. Se espera que la PGR, encabezada por Paulo Gonet, tome aproximadamente tres meses para analizar el extenso informe de más de 800 páginas y decidir si presenta una denuncia formal.
De proceder la acusación, el caso será remitido nuevamente al ministro Moraes, quien lo llevará ante la Primera Sala del STF. Este tribunal está integrado por los ministros Cármen Lúcia, Flávio Dino, Luiz Fux y el presidente de la sala, Cristiano Zanin Martins. Dino y Zanin fueron designados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su tercer mandato.
Se prevé que el juicio contra Bolsonaro pueda iniciar en el primer semestre de 2025, antes de las elecciones presidenciales de 2026, según dijeron a O Globo fuentes cercanas al STF y a la PGR. Sin embargo, posibles recursos interpuestos por las defensas de los acusados podrían extender los plazos.
Desde finales de 2023, la competencia para juzgar acciones penales volvió a recaer en las Salas del STF y no en el pleno, lo que busca agilizar los procesos judiciales. Esta decisión responde a críticas previas sobre la lentitud en el análisis de casos, como sucedió con el juicio por corrupción contra el expresidente Fernando Collor de Mello.
El STF tiene experiencia en manejar investigaciones complejas con múltiples imputados, como el caso Mensalão en 2012, que involucró a 38 acusados y requirió 53 sesiones para completarse. Sin embargo, expertos consideran que el proceso contra Bolsonaro podría ser más rápido debido a las mejoras estructurales del Tribunal y la experiencia acumulada en juicios recientes, como los relacionados con los ataques golpistas del 8 de enero de 2023, que resultaron en más de 740 condenas.
El abogado penalista Fábio Tofic Simantob señaló que el caso Bolsonaro podría beneficiarse de una mayor celeridad debido a la similitud en los procedimientos y los magistrados involucrados en los juicios de los golpistas.
“Todo hace pensar que la celeridad que se implementará en este caso Bolsonaro será mucho más cercana a la de los procesos que involucran a los golpistas del 8 de enero, porque la composición del Tribunal Supremo es prácticamente la misma, el relator es exactamente el mismo y los hechos están relacionados”, aseguró a O Globo Tofic Simantob.
Por su parte, el abogado Ariel Weber destacó que la evolución de la Corte desde el Mensalão permite enfrentar casos de alto perfil con mayor eficiencia. Weber dijo a O Globo que el Mensalão representó un hito en la historia del STF, inaugurando decisiones inéditas y exigiendo discusiones que condujeron a una evolución de los entendimientos del Tribunal: “Hoy, ya sea desde el punto de vista de estructura o de precedentes, la Corte Suprema está más preparada para abordar acciones de alto perfil, especialmente aquellas que requieren instrucciones procesales amplias y prolongadas”.
Una eventual división del caso podría ser considerada para los acusados que no estén sujetos a la jurisdicción del STF, dijo Weber: “Esta decisión, sin embargo, dependerá de la comprensión por parte del Tribunal de la necesidad de un juicio conjunto para la conveniencia de la investigación penal”.
El STF, con su actual composición, ha demostrado en los últimos años una mayor capacidad para manejar causas penales de alto perfil. Desde septiembre de 2023, ha procesado con rapidez casos relacionados con los ataques golpistas, marcando un precedente que podría replicarse en el juicio contra Bolsonaro y sus aliados.