El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró este lunes la cumbre del G20 en Río de Janeiro, posicionando la lucha contra el hambre y la pobreza como eje central del foro en medio de las tensiones por una posible escala de la guerra en Ucrania.
Durante su intervención, Lula presentó la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, definida como el principal legado de la presidencia brasileña del G20, e instó a los líderes mundiales a adoptar medidas concretas frente a las crecientes desigualdades sociales y económicas.
“El tiempo para alcanzar las metas del desarrollo sustentable se nos agota”, advirtió el mandatario al inicio de la cumbre, que se celebra en un contexto de agudas tensiones geopolíticas y desafíos sociales globales. Lula aprovechó la ocasión para destacar que, aunque el mundo produce cerca de 6.000 millones de toneladas de alimentos al año, 733 millones de personas siguen sufriendo desnutrición, cifra que supera la población conjunta de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá.
“Esto es inadmisible en un planeta que tiene los recursos para alimentar a todos”, afirmó, enfatizando que el hambre no es un problema de escasez, sino una consecuencia de “decisiones políticas que perpetúan la exclusión social”. Lula también criticó el gasto militar global, que asciende a 2,4 billones de dólares anuales, y lo calificó como un uso ineficiente de recursos que podrían destinarse a mejorar la calidad de vida de millones de personas.
El G20 y la búsqueda de consensos globales
En su discurso, Lula destacó la importancia de que el G20, que representa el 85% del PIB global y el 75% del comercio mundial, lidere la lucha contra las desigualdades. “Compete a los que estamos aquí la tarea inaplazable de acabar con esta llaga que avergüenza a la humanidad”, afirmó, subrayando que la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza ya cuenta con el respaldo de 81 países, 28 organizaciones internacionales, 9 instituciones financieras y 31 fundaciones filantrópicas.
Sin embargo, el camino hacia un consenso no está exento de desafíos. Expertos y diplomáticos presentes en la cumbre señalaron que las tensiones globales, incluidas las guerras en Ucrania y Medio Oriente, han complicado la posibilidad de alcanzar una declaración conjunta significativa. Países como Argentina expresaron objeciones a propuestas clave, como un impuesto global a los superricos y la promoción de la igualdad de género. Aún así, el presidente Milei decidió a última hora suscribir el documento con el que se espera cierre el evento este martes.
El principal negociador brasileño en el G20, el embajador Mauricio Lyrio, expresó que el enfoque principal de la cumbre es lanzar acciones concretas, como la mencionada alianza contra el hambre, mientras continúan las negociaciones para alcanzar un lenguaje aceptable en la declaración final.
Lula: “Me propuse no traer la guerra al G20″
En medio de las tensiones por los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, Lula defendió su decisión de no centrar la agenda de la cumbre en las guerras. “Me he propuesto no traer la guerra al G20 porque, si no, no discutiríamos otras cosas importantes para los pueblos que no están en guerra, los invisibles del mundo”, dijo en una entrevista previa al inicio de la cumbre con Globonews.
No obstante, Lula abogó por la paz en todos los frentes abiertos y recordó que el planeta enfrenta más conflictos armados simultáneamente que en cualquier otro momento desde 1945. “Queremos enviar un mensaje claro: queremos paz en Gaza, en Líbano, en Ucrania. Queremos acabar con todas las guerras”, afirmó.
La presencia internacional y los retos diplomáticos
La cumbre contó con la participación de líderes clave, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de India, Narendra Modi, mientras que el presidente ruso Vladimir Putin fue el gran ausente debido a una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional.
El contexto internacional se complica aún más tras la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del multilateralismo. “Si algo está claro, es el escepticismo de Trump hacia los acuerdos internacionales”, señaló a la AP la profesora Cristiane Lucena Carneiro, de la Universidad de São Paulo.
Lula buscó equilibrar su postura como mediador en un mundo multipolar, pero sus iniciativas, como un plan de paz con China para Ucrania, han generado controversia. Además, comparaciones recientes de las acciones de Israel en Gaza con el Holocausto han provocado tensiones diplomáticas.
Río de Janeiro: un espejo de las desigualdades globales
Lula describió a Río de Janeiro, sede de la cumbre, como un microcosmos de las profundas contradicciones del mundo: una ciudad vibrante y diversa, pero marcada por la desigualdad y las injusticias sociales. Esta dualidad, señaló, es representativa no solo de Brasil, sino de América Latina y el mundo en general, donde la riqueza y la pobreza coexisten de manera extrema.
El presidente recordó los avances logrados durante sus anteriores mandatos (2003-2010), cuando políticas como el Programa Nacional de Alimentación Escolar y el apoyo a la agricultura familiar lograron sacar a Brasil del Mapa del Hambre de la FAO en 2014. Sin embargo, lamentó que el país volviera a figurar en esa lista en 2022 debido al desmantelamiento de programas sociales.
Desde su regreso al poder en 2023, Lula aseguró que 24 millones de brasileños han salido de la extrema pobreza en el último año, gracias a la implementación de políticas sociales renovadas. El mandatario reiteró su compromiso de continuar con estas iniciativas hasta 2026, con el objetivo de garantizar una redistribución justa de los recursos y la erradicación del hambre en el país.
Hacia un legado global
Al cerrar su intervención, Lula reiteró que la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, aunque concebida en el G20, tiene una visión de impacto global. “Que esta cumbre sea recordada por el coraje de actuar”, concluyó, reafirmando la intención de Brasil de liderar un movimiento hacia un desarrollo más justo, sostenible e inclusivo.
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