Una mujer ecuatoriana identificada como Isabel P. logró defraudar a más de 300 personas al vender terrenos que no eran de su propiedad. La Fiscalía General del Estado logró probar ante un Tribunal que, desde 2014, Isabel estafaba bajo esta modalidad. Los jueces decidieron sentenciarla a diez años de prisión.
Según el boletín de la Fiscalía, Isabel ofrecía terrenos a personas de escasos recursos utilizando documentación caducada y poderes revocados, con los que hacía creer a sus víctimas que tenía la facultad de vender, arrendar o incluso donar esos predios. A cambio, solicitaba dinero en efectivo, depósitos bancarios o la compra de materiales. Sin embargo, nunca cumplía con la entrega de los terrenos.
El modus operandi de la sentenciada se basaba en la confianza que lograba generar entre sus víctimas. Según la Fiscalía, la mujer no solo usaba documentación falsa, sino que también se presentaba como una persona con contactos y experiencia en la venta de terrenos, lo que la legitimaba con quienes luego serían estafados.
Durante la audiencia de juicio, la Fiscalía detalló que la acusada operó de forma continuada y logró beneficiarse ilícitamente de los pagos realizados por las víctimas. El perjuicio económico causado se estima en más de USD 300.000.
Para respaldar su acusación, el Ministerio Público presentó una serie de pruebas clave, entre ellas, las versiones de las víctimas, informes periciales contables y documentológicos, así como un informe catastral relacionado con la hacienda Cotahuango, ubicada en el sur de Quito, uno de los sitios donde Isabel ofrecía los terrenos inexistentes.
El Tribunal, además del castigo con cárcel, dispuso que la procesada pague una multa equivalente a cuarenta salarios básicos unificados (aproximadamente USD 18.400). Asimismo, ordenó la devolución de los más de USD 300.000 a las víctimas.
La estafa se enmarca como delito en lo tipificado en el artículo 186 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Para este caso, se aplicaron los incisos 1 y 3, que agravan el delito por su carácter masivo, según informó la Fiscalía.
Otras estafas masivas en Ecuador
Con apenas 16 años de diferencia, dos casos en el Ecuador son emblemáticos: el del notario Cabrera y el de “Don Naza” –este último sucedido en el 2022. En ambos sistemas ilegales los captores murieron y las personas perdieron su dinero. Además de estos, en el 2022 se conoció que en Loja, al sur del Ecuador, al menos 200.000 personas estaban inmersas en pirámides que les ofrecían redituar intereses de su capital en un corto plazo.
José Cabrera Román, notario segundo de Machala, manejaba una red de captación ilegal de dinero que superaba las reservas de algunos de los principales bancos de Ecuador. Su esquema captó alrededor de USD 800 millones de más de 35.000 clientes, incluidos militares, jueces, comerciantes y migrantes. Este monto incluso superaba los depósitos manejados por el Banco de Guayaquil en ese momento. La operación fraudulenta, que pagaba intereses de hasta un 12% mensual, salió a la luz tras su muerte en un hotel de lujo en Quito, donde sufrió un infarto. A pesar del impacto del caso, nunca se sentenció a nadie ni se resolvió judicialmente.
En cambio, Miguel Nazareno, conocido como ‘Don Naza’, operaba Big Money, un esquema piramidal que prometía pagar un 90% de intereses en ocho días. Su red, que comenzó en 2017 con 40 socios, creció hasta involucrar a miles, incluidos más de un centenar de militares. En 2022, su operación fue allanada, y meses después, su cuerpo apareció maniatado en el sur de Quito, tras una serie de eventos que involucraron el ingreso de grandes sumas de dinero al Ministerio de Defensa. Las Fuerzas Armadas enfrentan procesos disciplinarios, pero el caso continúa rodeado de incertidumbre.
Un esquema piramidal es un plan de negocios engañoso que capta ilegalmente recursos y que respalda su operación en el rápido crecimiento de sus depositantes. Este crecimiento está impulsado por las contribuciones de los clientes que reciben tasas de interés más altas de que las que pueden pagar las empresas del sistema financiero formal.
Este esquema funciona siempre que ingrese una gran cantidad de dinero nuevo al mecanismo, de lo contrario, se obtiene el puntaje de saturación y los clientes que están en el sistema en ese momento pierden su dinero.