Se espera que alrededor del 44% de Cuba sufra apagones durante la tarde y noche de este viernes, de acuerdo con las estimaciones diarias de la Unión Eléctrica (UNE), que también anticipa cortes de energía a lo largo del día.
Por tercer día consecutivo, el 44% de Cuba sufrirá interrupciones eléctricas, lo que resalta la profunda crisis energética que atraviesa el país, una situación que se ha intensificado tras el paso del huracán Rafael por la región occidental hace una semana.
Las autoridades atribuyen los frecuentes apagones en Cuba a las obsoletas centrales termoeléctricas terrestres, que suelen estar fuera de servicio debido a la falta de inversiones, y a la escasez de combustible.
La crisis energética se intensificó desde finales de agosto, especialmente debido a los dos apagones totales ocurridos en el último mes. El primero fue provocado por la falta de combustible y una avería en la principal termoeléctrica del país. Además, la tasa de déficit prevista se mantiene alrededor del 50%, lo que significa que, en promedio, cinco de cada diez bombillos han permanecido apagados al mismo tiempo.
El informe más reciente de la Unión señala que de las 20 unidades de generación distribuidas en las 7 centrales termoeléctricas operativas de Cuba, 5 se encuentran averiadas.
La UNE, dependiente del Ministerio de Energía y Minas, prevé para la tarde-noche de hoy una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.755 megavatios (MW), mientras que la demanda alcanzará los 3.000 MW.
El déficit, es decir, la diferencia entre la oferta y la demanda, será de 1.245 MW, y la afectación, que representa los circuitos que se desconectarán efectivamente, alcanzará los 1.315 MW durante la tarde-noche, cuando la demanda de energía suele aumentar.
Los frecuentes cortes de energía tienen un alto costo económico y social. Según datos oficiales, la economía del país se contrajo un 1,9%, en parte debido a la paralización de sectores clave como la industria, la administración y el transporte.
Los apagones afectan profundamente la vida diaria en Cuba: los semáforos dejan de funcionar, los cajeros automáticos se apagan, las gasolineras cierran, y el sistema de pago electrónico en las tiendas se bloquea. Las oficinas administrativas se paralizan y las cocinas eléctricas de la mayoría de los hogares también dejan de operar. Además, las bombas de agua en las ciudades y en las viviendas cesan su funcionamiento, por nombrar solo algunos de los efectos más evidentes.
Este escenario ha exacerbado el descontento en un contexto de crisis económica que se prolonga por más de cuatro años, caracterizado por la escasez de alimentos, medicinas y combustible, una inflación descontrolada, la creciente dolarización de la economía y una oleada migratoria sin precedentes, tanto en volumen como en duración.
Los apagones también han sido un factor desencadenante de protestas contra la dictadura en los últimos años, incluyendo las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, y las protestas del 17 de marzo de 2023 en Santiago de Cuba y otras localidades.
(Con información de EFE)