Transportistas de Bolivia determinaron realizar bloqueos cerca de las estaciones de servicio en varias regiones, en protesta por el persistente desabastecimiento de diésel que se agravó en las últimas semanas.
La medida de presión se realiza ciudades, localidades rurales y carreteras que conectan algunos departamentos en el occidente y sur del país. En la urbe alteña, colindante con La Paz y una de las más pobladas del país, uno de los piquetes fue instalado en la zona de Senkata, donde está una planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El transporte pesado es uno de los sectores sindicales más poderosos de Bolivia y a la vez uno de los más afectados por la escasez de combustible. Desde hace más de un año que el país enfrenta periodos de desabastecimiento, principalmente de diésel, lo que complica la circulación de vehículos de alto tonelaje. Esta vez también falta gasolina y la escasez nunca fue tan prolongada.
“Estamos esperando como tres días para cargar diésel pero no llega. Estamos sumamente molestos, esta es la única medida de presión que podemos tomar ante la falta de atención del Gobierno”, manifestó un chofer que acata la medida, citado por la Agencia de Noticias Fides.
El presidente de la Cámara Boliviana de Transporte Pesado, Héctor Mercado, informó a los medios locales que solicitó una reunión con el ministro de Hidrocarburos y que posiblemente este jueves sostengan un encuentro con funcionarios de esa cartera, de la Agencia Nacional de Hidrocarburos y de YPFB.
Otro de los sectores afectados es el productivo que no puede operar la maquinaria agrícola. Empresarios de la agroindustria advirtieron que la seguridad alimentaria del próximo año está en riesgo si no se regulariza cuanto antes la dotación de diésel.
Frente a este problema, el Gobierno tiene justificaciones de largo y corto plazo, y en ambas responsabilizan a Evo Morales. Por un lado, afirman que la debacle de la industria petrolera se debe a la mala gestión de su gobierno (2006-2019) y que el gasto público para la importación de combustible es insostenible. En relación a la escasez actual, sostienen que los bloqueos realizados por los seguidores de Morales -y que fueron levantados hace una semana- alteraron la logística de distribución y dejaron cisternas varadas en el camino por varios días.
El presidente Luis Arce ha pedido paciencia a la población y ha fijado un plazo: el 23 de noviembre tendría que estar resuelto el problema, cuando se cumpla el plazo de diez días a partir de este miércoles que anunció hace un par de días.
Mañana está prevista la descarga de diésel de un buque en el puerto de Arica (norte de Chile) y están llegando cisternas de Argentina, Paraguay y Perú. La gerente de Productos Derivados e Industrialización YPFB, Gabriela Delgadillo, manifestó en conferencia de prensa: “El presidente Lucho (Luis Arce) pidió un tiempo para que nosotros podamos ir coordinando toda esta logística y cerrar esa brecha que generaron los 24 días de bloqueo donde se pudo ver este desabastecimiento”.
No obstante, los expertos en hidrocarburos no son tan optimistas y consideran que los bloqueos alteraron la distribución de manera circunstancial y que el problema de fondo es la baja producción nacional y las crecientes dificultades para importar debido a la falta de liquidez. De hecho, los periodos de carestía iniciaron hace más de un año.
Entre tanto descargan los buques y llegan las cisternas, la espera continúa y parece interminable. Las filas en las estaciones de servicio son de una longitud nunca antes vista y la demora para tomar transporte público se hace cada vez más extensa, debido a que no todas las unidades están operando y las que circulan suelen estar abarrotadas de gente.