La calificadora de riesgo Standard & Poor’s publicó un nuevo análisis de Uruguay después de las elecciones nacionales del 27 de octubre y ratificó la nota de la deuda en BBB+, dos escalones por encima del nivel mínimo de grado inversor y la más alta que ha obtenido el país en su historia. Le asignó perspectiva “estable”. La agencia destaca que espera para Uruguay “políticas fiscales prudentes” que permitan lograr el “crecimiento económico”.
El reporte de S&P se conoce después del resultado de las elecciones nacionales de Uruguay, que confirmaron que el país está muy dividido entre dos bloques políticos (uno de centro derecha y otro de centro izquierda). Pero lo más relevante para las agencias calificadoras en los comicios del 27 de octubre fue que no se haya aprobado un plebiscito de seguridad social, que, entre otros puntos, proponía eliminar los fondos privados de pensión.
En su nuevo informe, S&P proyecta que en Uruguay habrá una “amplia continuidad en la política económica tras la elección presidencial”, según el texto consignado por El País. “Un contrato social sólido, que enfatiza el consenso y la cohesión y las amplias coaliciones de partidos políticos, ayudan a anclar la estabilidad macroeconómica, como se vio en el rechazo a la propuesta de las pensiones”, analiza S&P.
Este plebiscito era impulsado por el PIT-CNT, la central sindical de Uruguay, y requería el 50% de los votos emitidos en la jornada electoral para ser aprobado. Sin embargo, la papeleta del Sí no llegó al 40%. “La derrota del plebiscito de la seguridad social ilustra el rechazo de los uruguayos a las políticas externas, así como el espacio limitado para los outsiders en su bien establecido sistema de partidos”, dice el análisis.
La calificadora describe qué son los plebiscitos y asegura que, si bien tuvo el respaldo de casi el 40%, para su derrota fue clave “la falta de respaldo de los principales partidos políticos”.
S&P también señala que las instituciones de Uruguay se destacan como impulsoras de grandes proyectos de inversión, lo que compensa parcialmente el mayor costo de producción del país.
“Los resultados de la primera vuelta de las elecciones del 27 de octubre apuntan a una segunda vuelta competitiva para las elecciones presidenciales del 24 de noviembre. El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, quedó en primer lugar con casi el 44% de los votos, seguido por Álvaro Delgado del Partido Nacional (aproximadamente el 27%) y Andrés Ojeda del Partido Colorado (16%). Los dos últimos candidatos pertenecen a la actual coalición gobernante”, describe S&P sobre el ciclo electoral en el país.
“Independientemente del resultado, no esperamos un cambio significativo en la dirección de las políticas, ya que las diferencias en materia de política económica entre los partidos son estrechas, especialmente en comparación a otros países latinoamericanos”, analiza la agencia.
“Ambos partidos comparten el consenso sobre los desafíos económicos clave, incluida la necesidad de políticas fiscales sostenibles, reformas microeconómicas para mejorar la competitividad y liberar el potencial crecimiento, así como la ampliación de los acuerdos comerciales. Las propuestas difieren en la visión del papel y el tamaño del sector público y la priorización del gasto”, agrega.
Luego, S&P hace una referencia al escenario que derivó del domingo 27. Ninguno de los partidos obtuvo la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados, al tiempo que el Frente Amplio sí la logró en la Cámara de Senadores. Esto provoca que el próximo presidente deba negociar por fuera de sus propios bloques para que sus proyectos triunfen. “La aprobación de cualquier legislación podría resultar difícil”, interpreta la calificadora.
S&P espera para Uruguay un crecimiento económico de 3,1% en 2024, frente al 0,4% de 2023. Esto será gracias al repunte de los sectores agrícolas, que sufrieron una sequía el año pasado.