Por la falta de combustible en Bolivia, los servicios públicos en Santa Cruz de la Sierra operan al 40%

Crece la preocupación por la escasez de gasolina y diésel en el país. La recolección de basura y el uso de ambulancias se ha reducido a más de la mitad por falta de carburante

Guardar
Cientos de vehículos hacen fila
Cientos de vehículos hacen fila para cargar gasolina y diésel en Santa Cruz de la Sierra. Foto: Maggy Talavera

En la región más próspera de Bolivia, los servicios esenciales están operando con menos de la mitad de su capacidad debido a la escasez de combustible que se agravó en las últimas semanas en todo el país. La Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra informó este miércoles que algunos servicios públicos operan al 40%.

“Los servicios de recojo de basura, alumbrado público, mantenimiento de vías no pavimentadas, la limpieza de canales revestidos y no revestidos y grupos operativos de seguridad ciudadana no están cumpliendo a cabalidad con los trabajos programados”, señala un comunicado emitido por la institución.

Bernardo Montenegro, vocero de la Alcaldía, indicó que las ambulancias y los camiones de basura pasan horas en las filas de surtidores, afectando la normal recolección de residuos y la atención médica. “El municipio cruceño está haciendo los mayores esfuerzos para cumplir los servicios en favor de la población. Aseo urbano, salud, alumbrado público, seguridad ciudadana son áreas operativas que están sufriendo un retraso. Esperamos que en los próximos días podamos retornar a la normalidad, pedimos comprensión a la población”, explicó.

El Ministerio de Hidrocarburos informó que el abastecimiento se normalizará hasta el fin de semana, luego de que los seguidores de Evo Morales levantaran los bloqueos que tuvieron paralizada una parte del país durante 23 días y que alteraron la logística de distribución de combustible agudizando la crisis energética.

Mujeres esperan para cargar combustible
Mujeres esperan para cargar combustible en bidones en Santsa Cruz de la Sierra. REUTERS/Ipa Ibanez

En medio de esta interrupción de servicios, se está priorizando el recojo de basura en hospitales y mercados. Según el gerente general de la empresa municipal de aseo Ricardo Oviedo, se necesitan 240.000 litros de combustible semanalmente para abastecer las 210 unidades de recojo de desechos, muchas de las cuales no pueden cumplir servicio porque están haciendo cola en los surtidores.

En las últimas semanas se registraron filas de vehículos de una longitud nunca de antes vista para cargar gasolina en estaciones de servicio de todo el país y los conductores reportan esperas de hasta seis horas para llenar sus tanques. El Gobierno atribuye la irregularidad en el abastecimiento a los bloqueos del evismo que dejó varadas cientos de cisternas por más de tres semanas.

Sin embargo desde hace un año y medio se registran periodos de escasez principalmente de diésel. Las causas de fondo, según varios expertos, son la baja producción local y las crecientes dificultades para importar carburante por la falta de dólares. Según datos oficiales, Bolivia importa el 86% de diésel y el 56% de la gasolina que necesita para abastecer el mercado interno.

El presidente Luis Arce se refirió en agosto a la crisis energética y la atribuyó a la mala gestión de los hidrocarburos durante el Gobierno de Evo Morales (2006-2019), en cual él mismo fue ministro de Economía. A la crisis de abastecimiento se suma la fuga de combustible a través de la venta ilegal en las fronteras, debido a que al ser un elemento subvencionado en Bolivia su precio es comparativamente menor al de los países vecinos.

Filas para cargar combustible el
Filas para cargar combustible el 22 de octubre de 2024. REUTERS/Ipa Ibanez

El desabastecimiento genera incertidumbre y molestias a los ciudadanos que no solo deben esperar durante varias horas para llenar sus tanques sino también modificar sus hábitos cotidianos. Hay testimonios de gente que tuvo que pedir permiso en el trabajo para cargar combustible y personas que se mudaron temporalmente a la casa de familiares o amigos para estar más cerca de sus lugares de estudio o trabajo y poder trasladarse a pie.

Por otro lado, las personas que se movilizan en transporte público también se quejan por la espera prologada debido a que hay menos buses operando y los pocos que quedan pasan llenos. “Es una pelea para subir porque la gente se llena en la parada y los micros (autobuses) tardan mucho en pasar y encima cuando llegan están llenos, la gente empieza a empujar para entrar primero”, relata Lilian, una mujer que hace tareas de limpieza y desde hace una semana se tiene que levantar una hora antes para poder llegar a tiempo a su trabajo.

Guardar