Jeanine Añez pidió una cumbre política ante “el desastre” que enfrenta Bolivia

La crisis económica se ha agudizado en las últimas semanas debido a conflictos entre dos alas del Movimiento Al Socialismo. La ex presidenta reclama acciones urgentes para frenar “el camino al despeñadero”

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La ex presidenta Jeanine Añez en una imagen de archivo
La ex presidenta Jeanine Añez en una imagen de archivo

La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, se refirió a la crisis económica y política que enfrenta el país y pidió acciones a los líderes políticos para que “planten cara a este régimen devastador”.

En un mensaje publicado en su cuenta de X, la ex mandataria sugirió la realización de una cumbre de unidad “ante el desastre que enfrenta Bolivia” y dijo que la crisis económica, institucional y política “ha derivado en el inicio de una crisis social de consecuencias impredecibles”.

La ex mandataria atribuye los múltiples conflictos que enfrenta el país a la fractura en el Movimiento Al Socialismo (MAS) en torno a los liderazgos de Evo Morales y el presidente Luis Arce, quienes están distanciados desde 2021 por diferencias en la gestión del Estado que luego derivaron en una pugna por el control del partido y la candidatura para las elecciones de 2025. “Bolivia está siendo destruida inmisericordemente por dos facciones del mismo partido político que la desgobierna”, escribió Añez.

Bolivia atraviesa desde hace más de un año una crisis económica marcada por la debacle de la industria petrolera y la caída en sus reservas, lo que ha provocado escasez de dólares, restricción de transacciones bancarias en esa moneda y el surgimiento de un mercado paralelo de divisas. Adicionalmente, la baja producción de combustible y los elevados costos de importación han dificultado el abastecimiento de diésel y gasolina para el mercado interno.

Mujeres participan en una protesta contra el incremento de precios  (Photo by AIZAR RALDES / AFP)
Mujeres participan en una protesta contra el incremento de precios (Photo by AIZAR RALDES / AFP)

En las últimas tres semanas, un bloqueo de caminos realizado por seguidores del ex presidente Morales agudizó la crisis económica, generó el incremento de precios en algunos productos y agravó el desabastecimiento de combustible, al dejar incomunicadas las principales ciudades del país con cientos de vehículos varados en las carreteras.

Tras 23 días de protestas, que iniciaron como respaldo a su líder político y en demanda de acciones poco concretas relacionadas a asuntos políticos y económicos, este miércoles los dirigentes campesinos decidieron levantar temporalmente la medida de presión por razones “humanitarias”.

A poco menos de un año para las elecciones presidenciales, Añez exhortó a los líderes políticos “democráticos” a que se unan para exigir al Gobierno “poner punto final a este camino al despeñadero”.

“¡Por el amor de Dios, basta de inacción frente al empobrecimiento y la desesperación del pueblo boliviano!”, finaliza el mensaje de la ex presidenta.

La gente recorre una carretera bloqueada por partidarios del ex presidente Evo Morales  (Foto AP/Juan Karita)
La gente recorre una carretera bloqueada por partidarios del ex presidente Evo Morales (Foto AP/Juan Karita)

Añez está recluida en prisión desde marzo de 2021. Fue capturada tras una acusación por los delitos de terrorismo, sedición y conspiración dentro de las investigaciones por la legalidad de su presidencia, asumida tras la renuncia de Evo Morales en noviembre de 2019 a través de un procedimiento que no cumplió con los reglamentos establecidos.

El 10 de noviembre de 2019, Morales renunció a su cargo en medio de protestas sociales que denunciaban un supuesto fraude electoral, y que tomaron fuerza con un motín policial y un pedido de renuncia de las Fuerzas Armadas. Dos días después, Añez -que era segunda vicepresidenta del Senado- asumió primero la Presidencia de la Cámara de Senadores y luego la del Estado en dos polémicas sesiones sin quórum que para el masismo representan un “golpe de Estado”.

En junio de 2022 recibió una condena de diez años por otro caso, denominado Golpe de Estado II, que la acusaba por los sucesos previos a la renuncia de Morales. “Hice lo que tenía que hacer (…) me siento muy orgullosa y lo volvería a hacer si tuviera la oportunidad”, manifestó al recibir su sentencia.

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