La escasez de combustible se agudiza en Bolivia. Según la Asociación de Estaciones de Servicio de Santa Cruz (Asosur), la dotación de gasolina en la región más próspera del país bajó de 35.000 a 10.000 litros por día.
Los periodos de desabastecimiento de combustible, sobre todo de diésel, han sido recurrentes en el último año debido a la baja producción local, las crecientes dificultades de importación por la falta de dólares y la venta ilegal en fronteras. A ese contexto adverso, en las últimas semanas se sumaron bloqueos en el país y en el norte de Chile, principal puerto de importación, lo que ha alterado la logística de distribución de carburantes.
Este lunes en Santa Cruz se registraron filas de varias cuadras para cargar gasolina y se reportaron esperas de hasta cuatro horas. La gerente de Asosur, Susy Dorado, lamentó este la disminución de cupos y dijo se agota tras tres o cuatro horas sin llegar a abastecer la demanda.
“Tenemos un bajo volumen programado. Lo que antes programaban 35.000 litros, ahora nos dan 10.000, lo que está generando problemas; porque no tenemos los recursos necesarios para cubrir nuestros gastos operativos y tampoco el producto”; manifestó ante medios de comunicación locales.
Sobre la provisión de diésel, Dorado informó que hay estaciones de servicio en el área rural que “durante 10 días no han recibido un solo litro de diésel y es lamentable porque se está perjudicando al sector agropecuario de manera significativa”.
En la ciudad, los buses del transporte público están operando con el 40% de sus unidades porque las demás están estacionadas a la espera de cargar sus tanques, lo que ha provocado paradas llenas de gente y demoras de más de media hora para poder conseguir transporte.
Bolivia importa y subvenciona el 56% de la gasolina que necesita el mercado interno y el 86% del diésel, lo que representa uno de los mayores gastos públicos. Según información oficial, se estima que el costo para este año sea de 4.000 millones de dólares.
Al ser un producto subvencionado, el precio para el consumidor es bajo comparado con el costo de otros países (el litro de gasolina especial cuesta 3,74 bolivianos y el de diésel 3,72 bolivianos, lo que equivale en ambos casos a alrededor de 0,53 dólares), lo que ha dado lugar a que se formen redes de contrabando de combustible, agravando el problema para el país.
En agosto, el presidente Luis Arce manifestó que el asunto es insostenible y que “cómo estamos, no se puede seguir” en referencia a una eventual suspensión de la subvención.
Atribuyen la escasez a los bloqueos del evismo
Según Yacimientos Petrolíferos Fiscales Boliviano (YPFB) la escasez de combustible actual se debe a los bloqueos que los seguidores de Evo Morales realizan desde hace tres semanas en el país, lo que altera las logística de distribución del carburante. A esto se sumaron cortes en el norte de Chile, por donde pasan las cisternas de combustible importado a través del puerto de Arica.
Sin embargo, según un ex funcionario de YPFB que pidió no ser identificado, la interrupción en el flujo de distribución es un fenómeno circunstancial cuya resolución no constituye una solución estructural para la carencia de combustible que afecta al país sudamericano desde hace meses. “El problema de fondo es la falta de plata y la falta de producción”, afirmó.