El cuerpo sin vida del sacerdote Enrique Fabián Arcos Sevilla fue encontrado en la parroquia Panzaleo, en Cotopaxi, cuatro días después de haber sido reportado como desaparecido. La noticia ha causado pesar e indignación en las comunidades que atendía el clérigo. La Fiscalía General del Estado confirmó el hallazgo a través de su cuenta en la red social X.
El hallazgo del cadáver sucedió el pasado domingo. El cadáver fue localizado a un costado de una carretera de tierra, en un botadero de basura y presentaba signos de violencia, según lo informó Ecuavisa. Un conductor que transitaba por la zona fue quien encontró el cuerpo, que estaba siendo devorado por una decena de perros. Según información recogida por El Universo, el sacerdote tenía las manos atadas, aunque esta versión no ha sido confirmada de manera oficial por las autoridades.
Arcos Sevilla, de 53 años, era conocido por su vocación de servicio y carácter intachable, según los feligreses y otros clérigos que lo conocían. El padre Fabricio Dávila, vocero de la diócesis de Ambato, describió al sacerdote como un “amigo” y un religioso ejemplar. Como lo recogió El Universo, Arcos no estaba a cargo de una parroquia debido a una discapacidad física, pero brindaba su apoyo en las celebraciones religiosas de la parroquia San Roque de Huachi Chico, en el sur de Ambato.
Ana Belén, sobrina del sacerdote, comentó al diario ecuatoriano: “Mi tío ha sido siempre una persona buena con todos, toda su vida la ha dedicado al servicio religioso”. La última publicación del padre Arcos en su cuenta de Facebook fue en la mañana del 29 de octubre, antes de su desaparición, como lo señaló El Universo. El día de la desaparición, de acuerdo con Ecuavisa, la casa del sacerdote fue asaltada y su madre fue amarrada.
La mañana de este martes se conoció que el auto del sacerdote asesinado fue encontrado al suroccidente de Quito. El vehículo había sido incinerado.
El hallazgo de su cuerpo ocurre en un contexto de creciente violencia en Ecuador. Según datos recogidos por EFE, desde 2023, el país ha enfrentado una crisis de inseguridad que lo posicionó como el más violento de América Latina, con un índice récord de 47,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este estado de violencia ha sido atribuido a la acción de grupos criminales relacionados con el narcotráfico y otros delitos como la extracción ilegal de minerales, la extorsión y el secuestro.
La crisis por la violencia continúa
De acuerdo con datos de la Policía Nacional, publicados por la televisora ecuatoriana, entre enero y septiembre de este año se han contado 2.108 secuestros y 10.781 extorsiones. Generalmente, el secuestro va acompañado de una extorsión. El trabajo de la Policía ha evitado en este año que USD 4,9 millones lleguen a manos de criminales a través de este delito.
La institución ejecuta varias medidas para contener la violencia. Entre los resultados más recientes, la Policía informó que un centenar de presuntos delincuentes han sido abatidos en lo que va del año en Ecuador, así lo informó la Policía Nacional en sus cuentas oficiales de redes sociales. De acuerdo con la institución, las muertes bajo el uso progresivo de la fuerza “atentaron contra la vida de ciudadanos y servidores policiales”.
Según los registros policiales, de los 100 abatidos, 83 murieron en las provincias de la Costa ecuatoriana, una región particularmente golpeada por la violencia debido a la importancia de sus puertos en la logística del narcotráfico. Guayaquil, con 34 casos, lidera la cifra nacional de abatidos.
En el último reporte del bloque de seguridad, del 4 de noviembre, el comandante general de la Policía Nacional, Víctor Hugo Zárate, informó que la labor de los efectivos policiales permitió el decomiso de 8.955 armas de fuego, 326.075 cartuchos y 28.832 unidades de explosivos. Además, se pudo recuperar 5.224 vehículos. Asimismo, mediante los operativos de seguridad efectuados en las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, El Oro, Esmeraldas y Santo Domingo de Los Tsáchilas, se capturaron a 1.312 integrantes de grupos de delincuencia organizada, de alto e intermedio valor.