- La CIDH advirtió sobre la creciente conflictividad en Bolivia, especialmente, tras la toma de un cuartel en Villa Tunari y la retención de sus militares
- El Gobierno ordenó continuar con los operativos de desbloqueo de caminos, ante lo que Evo Morales inició una huelga de hambre y llamó a sus seguidores a resistir
- La ONU también expresó su preocupación y pidió a las partes evitar la violencia y dialogar
Lo esencial: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó sobre la situación crítica en Bolivia luego de que seguidores de Evo Morales tomaran un regimiento militar en Villa Tunari y retuvieran a más de 200 militares. El organismo instó al Gobierno a proteger las vidas de los retenidos y a priorizar el diálogo para resolver el conflicto, mientras la violencia persiste en el país. La ONU hizo eco del llamado a la calma, exigiendo a los actores políticos que resuelvan sus diferencias pacíficamente y respeten los derechos humanos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó este sábado su preocupación por la situación en Bolivia, tras la escalada de tensiones de las últimas horas, y llamó a las partes a entablar un diálogo abierto y plural.
A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, la CIDH advirtió sobre la “agudización de la conflictividad en el país, en particular por reportes sobre la toma de un regimiento militar en Villa Tunari y la retención ilegal de integrantes de las fuerzas armadas”, perpetrados, la víspera, por grupos que responden a Evo Morales en el Trópico de Cochabamba.
A raíz de esto, el organismo llamó al Estado boliviano -encabezado por Luis Arce- a “tomar medidas para garantizar la vida de las personas retenidas y atender los puntos de conflictividad, privilegiando el diálogo”, a la par que consideró “primordial” que los líderes políticos “se pronuncien sobre los hechos en cuestión y contribuyan, con su discurso, a un ambiente favorable a la deliberación pública, abierta y plural”.
En las últimas horas, la ONU también señaló estar “siguiendo de cerca y con preocupación” los acontecimientos y llamó a “todas las partes a que ejerzan moderación y se abstengan de cualquier acto de violencia”, y en particular a los actores políticos, a que “resuelvan sus diferencias por medios pacíficos y con pleno respeto de los derechos humanos”.
La crisis en Bolivia, que lleva meses de disputa entre los líderes del Movimiento al Socialismo y semanas de bloqueos de caminos por parte de los seguidores de Morales en señal de protesta por lo que consideran una persecución política contra el cocalero, se vio agudizada en las últimas horas cuando, este viernes, un grupo evista armado tomó un cuartel militar.
“El regimiento ha sido tomado por las ocho centrales. Nos han cortado el agua, la luz y nos han tomado como rehenes. La vida de mis instructores y soldados está en peligro. Por favor, mi general, pido que puedan considerar... estamos padres, hijos, hermanos de familias enteras”, se escucha decir a un coronel de la base Cacique Juan Maraza rodeado por los manifestantes, que exigían la renuncia del Presidente y el cese de los operativos de desbloqueo de las rutas.
Él, junto a otros 200 militares, permanecen retenidos por los seguidores de Morales, a más de 24 horas de la toma de las instalaciones.
A pesar de esta maniobra, el Gobierno se mantuvo intransigente en su postura de hacer respetar el derecho a la libre circulación y en cumplir con su tarea de restablecer el orden en la zona, y avanzó con los operativos, que dejaron al menos 66 detenidos por cargos de terrorismo, alzamiento armado e instigación pública a delinquir, entro otros, y varios heridos por la violenta respuesta de estos grupos.
Inclusive, este sábado se conoció la muerte de un subteniente de la Policía que había resultado herido en una maniobra anterior y que, a pesar de ser atendido en un hospital en Santa Cruz, perdió la vida “en el sagrado cumplimiento del deber”.
En respuesta al accionar del Ejecutivo, Morales inició una huelga de hambre como medida de presión y aseguró que no abandonará el país. “No tengo ningún miedo, no me voy a ir de Bolivia. Estoy con mi pueblo y con el pueblo vamos a resistir. Vamos a enfrentar y derrotar a un gobierno corrupto, un gobierno narco”, dijo, instando a sus seguidores a seguir con la violencia.
Por su parte, estos sectores amenazaron con acciones de mayor fuerza en caso de que se detenga al cocalero, tal como se sugirió semanas atrás, en el marco de la causa que lo investiga por estupro y tráfico de personas. “Que nadie se atreva ahora a culpar al hermano Evo por las movilizaciones futuras que van a persistir en el bloqueo nacional indefinido de caminos”, sostuvo Humberto Claros, un dirigente campesino de Cochabamba.