- Morales inició una huelga de hambre exigiendo el fin de la represión y diálogo internacional.
- Acusa a Arce de coacción, ataques a su vida y usar la justicia contra sus seguidores.
- Las protestas y bloqueos, que comenzaron por la crisis económica, ahora apoyan sus aspiraciones políticas.
Lo esencial: el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, denuncia al presidente Luis Arce por aplicar “terrorismo de Estado” y represión violenta contra sus seguidores. Morales exige un diálogo internacional supervisado por organismos y países amigos. Las protestas, iniciadas por la crisis económica, se han extendido a reivindicaciones políticas para el ex presidente, quien enfrenta varias causas judiciales, incluidas denuncias de abuso de menores. Mientras tanto, las tensiones han escalado con enfrentamientos y bloqueos en regiones clave como Cochabamba y Santa Cruz.
El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó este sábado al gobierno del presidente Luis Arce de llevar a cabo acciones “terroristas” y defendió su huelga de hambre como un acto de protesta frente a lo que calificó como coacción y la falta de disposición al diálogo.
A través de una publicación en la red social X, Morales afirmó que “el gobierno aplica el terrorismo de Estado” y exigió la intervención de la comunidad internacional para mediar en la crisis.
“Mi huelga de hambre es para que cese la represión y se instale de inmediato un diálogo sincero con acompañamiento internacional, junto a países amigos y organismos internacionales”, subrayó el ex mandatario.
Morales aseguró que el gobierno de Arce ha estado al tanto de sus demandas “desde principios de septiembre”. Sin embargo, en lugar de responder a ellas, el mandatario ha recurrido a la represión, atentados contra su vida y lo que describió como “la guerra judicial”.
Además, denunció que decenas de sus seguidores fueron tomados “como rehenes” y trasladados a La Paz, intensificando la situación de confrontación. El pronunciamiento de Morales se produce después de que, el viernes, pidiera a sus simpatizantes que levantaran los bloqueos que desde hace 20 días han paralizado importantes rutas de comunicación en diversas regiones de Bolivia.
El ex mandatario declaró su huelga de hambre y urgió al gobierno a establecer una mesa de diálogo con la participación de mediadores internacionales. Las movilizaciones comenzaron hace más de dos semanas, con bloqueos concentrados principalmente en Cochabamba, aunque también se han extendido a regiones como Potosí, Oruro y Santa Cruz.
Lo que en un principio se perfiló como una protesta motivada por la crisis económica, evolucionó hacia una plataforma para defender las aspiraciones políticas de Morales. A pesar de no estar habilitado para competir en las próximas elecciones, el ex mandatario sigue insistiendo en su candidatura, un hecho que generó divisiones dentro del partido Movimiento al Socialismo (MAS).
Esta semana, las tensiones alcanzaron un nuevo pico después de que Morales denunciara la existencia de un supuesto plan para acabar con su vida, lo cual ha contribuido a escalar los enfrentamientos con las autoridades. Mientras tanto, Morales enfrenta una serie de causas judiciales abiertas.
A las acusaciones relacionadas con los destrozos provocados durante la movilización que encabezó en septiembre, se le sumaron cargos más graves, incluidos ataques a las fuerzas de seguridad y un caso de presunto abuso de menores y trata de personas.
Las denuncias señalan que Morales habría mantenido una relación con una menor de 16 años durante su presidencia, de la cual nació una hija. Este escándalo le agregó presión legal al ex mandatario boliviano y complicó aún más el panorama político en el país, donde las lealtades y las divisiones dentro del MAS siguen marcando la agenda nacional.
(Con información de Europa Press)