- Los seguidores de Evo Morales mantienen bloqueos en Cochabamba y el centro de Bolivia desde hace 20 días.
- Luis Arce acusa los bloqueos de dañar la economía, mientras Morales inicia una huelga de hambre.
- El Gobierno denuncia la toma de unidades militares y teme “consecuencias imprevisibles”.
Lo esencial: el Gobierno de Luis Arce denunció una “escalada desestabilizadora” por parte de seguidores del ex presidente Evo Morales. Estos bloqueos de carreteras llevan 20 días afectando la economía y los transportes, a pesar de los operativos para liberar algunas rutas. Morales pidió una pausa para evitar violencia, pero sus seguidores decidieron mantenerlos. Inició una huelga de hambre en el Trópico de Cochabamba, su bastión sindical. La Cancillería acusa una estrategia para atraer atención internacional y lamenta la toma de unidades militares por manifestantes.
El Gobierno de Bolivia advirtió este sábado a la comunidad internacional sobre una “escalada desestabilizadora” contra el sistema democrático del país, debido a los bloqueos de rutas que persisten en la región central, protagonizados por seguidores del ex presidente Evo Morales.
Mediante un comunicado, la Cancillería boliviana declaró: “El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia denuncia ante la comunidad internacional que la escalada desestabilizadora en contra del sistema democrático continúa, pese a los esfuerzos y reiteradas convocatorias al diálogo realizadas por el presidente Luis Arce”.
Los bloqueos, que ya cumplen 20 días, se mantienen pese a que las fuerzas de seguridad despejaron el punto principal de protesta en Cochabamba el viernes, en un operativo conjunto de la policía y el Ejército.
En este contexto, Morales pidió a sus seguidores considerar una pausa en los bloqueos para evitar “hechos de sangre” tras las acciones de las autoridades, pero los manifestantes rechazaron la solicitud y decidieron continuar con las medidas de presión.
El propio Morales inició una huelga de hambre en el Trópico de Cochabamba, su bastión sindical y político, con el objetivo de presionar al Gobierno para dialogar sobre demandas políticas y económicas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores respondió criticando la huelga como una estrategia para desviar la atención internacional y minimizar el impacto de los bloqueos sobre el ex mandatario.
“El anuncio de un cuarto intermedio en el bloqueo de rutas -que no se va a concretar- y su sustitución por una huelga de hambre solo es un estratagema para reducir el impacto negativo de la medida sobre el líder de la protesta y para llamar la atención de la comunidad internacional”, afirmó la Cancillería.
Además, el Gobierno denunció que tres unidades militares fueron tomadas el viernes por manifestantes en el Trópico de Cochabamba, advirtiendo que este tipo de acciones representan “una amenaza y un riesgo para toda la población boliviana de imprevisibles consecuencias”.
En respuesta a los bloqueos, el presidente Arce subrayó que “no es posible ningún diálogo mientras se siga asfixiando la economía” y señaló que el operativo de desbloqueo en la localidad de Parotani es “el primer paso” en un plan para liberar las carreteras restantes.
Las rutas afectadas conectan el Trópico de Cochabamba con el oriente y sur del país, mientras que la principal vía hacia el occidente fue despejada por la intervención de las fuerzas de seguridad, que emplearon gases lacrimógenos y dinamita, lo que derivó en enfrentamientos.
Las demandas de los seguidores de Morales incluyen la eliminación de procesos judiciales contra el ex presidente por delitos como trata de personas y estupro, la resolución de problemas económicos y apoyo a su candidatura presidencial para las elecciones de 2025.
El distanciamiento entre Arce y Morales, que comenzó en 2021, se ha profundizado ante la disputa por la dirección nacional del Movimiento al Socialismo (MAS) y la elección del candidato oficialista para los próximos comicios.
(Con información de EFE)