La Secretaría General de la ONU expresó este viernes su preocupación por la situación en Bolivia e instó a las partes a cesar la violencia.
En un comunicado firmado por Antonio Guterres, Naciones Unidas aseguró estar “siguiendo de cerca y con preocupación la escalada de tensiones” en el país, donde desde hace 19 días seguidores de Evo Morales protestan en los principales caminos por lo que consideran una persecución política de Luis Arce contra su líder. A raíz de la violencia surgida en estas manifestaciones, la ONU llamó a “todas las partes a que ejerzan moderación y se abstengan de cualquier acto de violencia”, y en particular a los actores políticos, a que “resuelvan sus diferencias por medios pacíficos y con pleno respeto de los derechos humanos”.
Bolivia atraviesa un momento de aguda crisis política y social, marcada por la interna al interior del Movimiento al Socialismo, en la que Arce y Morales compiten por la conducción del partido y, por consiguiente, su lugar en la boleta electoral de 2025. A esta pugna se sumó, poco más de un mes atrás, una denuncia por tráfico de personas contra el ex cocalero, que considera una maniobra del oficialismo para dejarlo fuera de la carrera, y que llevó a que sus sectores afines salieran a las calles a apoyarlo.
Esta medida de fuerza ocasionó importantes pérdidas a la economía del país, por lo que el Ejecutivo ordenó operativos para desbloquear los caminos y garantizar la libre circulación, aunque las intervenciones policiales rápidamente fueron repelidas por los grupos evistas, que respondieron piedras, palos y hasta la toma de cuarteles militares.
Este viernes, un gran contingente de policías y militares se presentó en Parotani con vehículos y excavadoras para intentar despejar la zona que, tras horas de cruces, lograron realizar con éxito.
Previamente, sin embargo, Evo había advertido a su rival de no dar curso a esta orden ya que, de hacerlo, “será usted quien cargue con la responsabilidad de dividir y herir a Bolivia de forma irremediable y sin retorno”.
“Su nombre quedará en la historia junto al de Áñez como uno de los presidentes que empobreció al pueblo, debilitó al Estado y que apuntó sus armas contra su propia gente”, advirtió y sumó, a continuación, que con sus acciones mancha “sus manos con la sangre de los indios, los pobres y los campesinos que prometió defender”. Demostró que estos sectores “valen menos que las balas que los matan”, lo acusó.
Arce, por su parte, respondió a estos señalamientos y a los incidentes de las últimas horas con un mensaje en sus redes sociales en el que aseguró que se trata de medidas que atentan contra el “pueblo boliviano, a trabajadoras y trabajadores, a naciones indígenas originarias campesinas, a productores pequeños, medianos y grandes, del campo y la ciudad” y buscan “la ruptura del orden público legalmente constituido y de nuestra democracia, con el único objetivo de acortar nuestro mandato, imponer una candidatura inconstitucional y lograr impunidad en procesos judiciales”.
Así, aseguró que no se dejará intimidar por estos sectores y, desde su “gobierno democráticamente electo”, en cumplimiento de “nuestras facultades constitucionales y con el apoyo del pueblo”, continuará trabajando por “restablecer el orden público precautelando la vida de las bolivianas y bolivianos, la paz social, así como el derecho del pueblo al libre tránsito, al trabajo, al acceso a combustible, alimentos y medicamentos”.
(Con información de EFE)