Brasil acude este domingo a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones municipales, un test para las fuerzas lideradas por el presidente Lula da Silva y el ex mandatario Jair Bolsonaro, de cara a las presidenciales de 2026.
La primera vuelta, el 6 de octubre, fue ampliamente favorable a la derecha y especialmente al partido del ex presidente, el Partido Liberal (PL).
“Lo que está en juego en esta segunda vuelta es la redistribución de las cartas de poder entre los partidos de derecha y de centroderecha de Brasil”, ya mayoritarias en el Parlamento, explicó Geraldo Monteiro, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del estado de Río de Janeiro.
La atención también está puesta en Sao Paulo, la mayor metrópolis de América Latina y capital económica de Brasil, donde el alcalde saliente Ricardo Nunes, apoyado por Bolsonaro, es favorito frente a Guilherme Boulos, candidato de Lula.
El último sondeo del instituto Datafolha, publicado este sábado, brinda a Nunes 57% de las intenciones de voto frente a 43% para su rival de izquierda.
Contrariamente al primer turno, Lula no pudo hacer campaña junto a Boulos la víspera del voto debido al accidente doméstico que sufrió el 19 de octubre.
El mandatario se golpeó la cabeza al caer en el baño mientras se cortaba las uñas y el percance le obligó a limitar su agenda a Brasilia.
Lula no podrá desplazarse este domingo para votar en su localidad de Sao Bernardo do Campo, en la periferia de Sao Paulo.
Suspenso en 9 capitales
La segunda vuelta tendrá lugar en 51 ciudades: las mayores de más de 100.000 habitantes en las que ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta hace tres semanas.
En Río de Janeiro, el centrista Eduardo Paes, apoyado por Lula, fue cómodamente reelegido para lo que será su cuarto mandato.
Pero en 15 de las 27 capitales de estado habrá segundo turno, con una pugna ajustada en nueve de ellas, como en Fortaleza (noreste) y Cuiabá (centroeste).
En ambas ciudades el duelo se da entre candidatos del Partido de los Trabajadores de Lula y del Partido Liberal de Bolsonaro.
Sin embargo, el ex presidente ultraderechista tuvo una presencia discreta en la campaña y uno de sus más estrechos aliados, el influyente pastor evangélico Silas Malafaia, lo tachó de “cobarde”.trista Igor Normando.
Batalla en 2026
El PL de Bolsonaro se hizo con dos capitales en la primera vuelta y ahora disputa nueve.
Sin embargo, el expresidente ultraderechista tuvo una presencia discreta en la campaña y uno de sus más estrechos aliados, el influyente pastor evangélico Silas Malafaia, lo tachó de “cobarde”.
“¿Qué clase de líder basura es ese?”, dijo el hombre que casó a Bolsonaro con su esposa Michelle.
En Sao Paulo, la llegada de Nunes a la cabeza de la primera vuelta se atribuyó sobre todo al apoyo del gobernador del estado homónimo, Tarcisio de Freitas.
Este ex ministro de Bolsonaro suena como candidato de la derecha en las presidenciales de 2026.
El líder ultraderechista está inhabilitado políticamente por desinformar sobre el sistema electoral hasta 2030, aunque confía en conseguir anular esa condena y presentarse a la contienda dentro de dos años.
“El nombre es Messias”, dijo esta semana Bolsonaro en alusión a su segundo nombre, interrogado sobre quién será el aspirante de la derecha en 2026. “El candidato es Bolsonaro”, reafirmó Freitas, junto al expresidente.
Lula, por su parte, deja planear la duda sobre si se presentará a la reelección.
(Con información de AFP)