El esposo japonés de la “geisha chilena” salió de la cárcel y le pidió devolver el dinero robado

Yuji Chida estuvo 14 años en prisión por malversar más de USD 11 millones

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“Si queda algo de dinero, que lo devuelva”, le mandó a decir Yuji Chida a su aún esposa, Anita Alvarado. Foto del casamiento en 1997.
“Si queda algo de dinero, que lo devuelva”, le mandó a decir Yuji Chida a su aún esposa, Anita Alvarado. Foto del casamiento en 1997.

En 2002, un tribunal de la provincia de Aomori, al norte de Japón, condenó a 14 años de cárcel al contador Yuji Chida, acusado de defraudar unos 1.450 millones de yenes (USD 11,6 millones) desde la Corporación de Vivienda de dicha prefectura, dejando sin el sueño de la casa propia a cientos de jubilados nipones.

De ese dinero, al menos mil millones de yenes (unos USD 6,6 actuales) los envió a su esposa en Chile, Anita Alvarado, con quien se había casado en 1997 en Japón. El caso fue el más bullado de ese año y ‘Anita San’, como fue conocida la chilena en el país del sol naciente, copó los titulares de los diarios de ambos países, publicó un libro con su historia y rápidamente se convirtió en una figura de la farándula chilena, hasta el día de hoy.

Chida, de 67 años, salió finalmente de prisión y en una entrevista con el diario Asahi Shimbun ofreció sentidas disculpas por su mal actuar, partiendo por supuesto por los pensionistas defraudados.

Tengo casi 70 años y hablar sobre este incidente es una forma de trazar una línea en mi vida (...) Debido a mi malversación de fondos, muchas personas, incluida la corporación, la gente de la prefectura de Aomori y muchos otros, han sufrido un estrés mental y financiero. Debo disculparme”, aseguró.

Según consigna el periódico, “Chida abusó de su posición como contable de la corporación y malversó más de 1.400 millones de yenes al retirar efectivo de la cuenta que la corporación tenía en un banco entre 1994 y 2001. Al menos 800 millones de yenes de ese monto (aunque Chida cree que fueron unos 1.100 millones de yenes) fueron enviados a Alvarado, que ahora tiene 51 años”.

Mientras se llevaba a cabo el juicio contra su esposo, la ‘geisha chilena’ aseguró que no sabía que ese dinero era defraudado y que de él ya no quedaba nada, puesto que lo había “invertido” en un palacete de USD 1 millón en Santiago, una salsoteca que quebró al poco tiempo - llamada ‘Delirio Caribeño’ - , viajes al extranjero y en diversos emprendimientos para sacar adelante a su numerosa prole, que hoy suma nueve hijos.

Sin embargo, fue obligada a vender el palacete en la exclusiva comuna de Chicureo y, a la fecha y de acuerdo a datos de la prefectura de Aomori, solo un 10% de los fondos malversados ha sido devuelto a las arcas municipales. Del antiguo estilo de vida tipo ricos y famosos de la ‘geisha chilena’ nada queda, y lo último que se ha sabido de ella es que tiene una microempresa con la que vende frutos secos en la calle.

Hace unos meses dijo que había firmado con Netflix para hacer una serie sobre su vida, pero desde la productora no han confirmado nada al respecto.

El palacete que compró en Chicureo costaba USD 1 millón y lo arrendaba para grabar teleseries.
El palacete que compró en Chicureo costaba USD 1 millón y lo arrendaba para grabar teleseries.

“Si queda algo de dinero, que lo devuelva”

Por estos días, Yuji Chida está sin trabajo y vive solo en un minúsculo departamento. “(La gente dice): ‘Robó dinero de una corporación pública, fue a prisión y vivió del dinero de los contribuyentes durante 14 años. Es bastante arrogante’”, señaló el medio citado.

“Es patético que la gente piense así de mí. La realidad puede ser dura, pero quiero trabajar y reducir mis gastos para poder devolver algo a la gente de Aomori, ya sean 1.000 yenes o 2.000 yenes”, indicó.

Finalmente, le envió un duro mensaje a Anita Alvarado, con quien aún está casado. “Si queda algo de dinero, quiero que lo devuelva y se lo devuelva a la gente de la prefectura de Aomori. Eso es lo que le pido ahora”, remató.

Cabe señalar que la ‘geisha chilena’ no ha querido referirse al tema, al menos por ahora.

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